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Algunas de las ninfas de la mitología griega son dríadas que pertenecen a un árbol en particular, y viven y mueren según la longevidad del mismo. Otras son oréadas, ninfas de las montañas, y también existen las níadas, ninfas de los ríos, los arroyos y las charcas. Las níadas disfrutan de todo su potencial cuando viven cerca del agua. Salmacis era una níada, y apreciaba tanto su charca que prefirió estar cerca de ella a sumarse a las demás ninfas acompañantes de Ártemis en la caza.
Hermafrodito era hijo de Afrodita y Hermes y su nombre se deriva de la combinación de los de sus padres, mientras que su atractiva apariencia era herencia de su madre. Hermes era un gran viajero y también lo fue su hijo. Un día, en uno de sus viajes, Hermafrodito conoció a Salmacis junto a su charca. Al verle, ella no pudo contenerse de decir:
- ¿Eres mortal o dios? Sin duda, debes de ser Eros, el hijo de Afrodita, y has bajado a la Tierra para dispararme una de tus flechas doradas. Estoy tan profundamente herida de amor que te ruego que me hagas tu esposa o, si ya estás desposado, me aceptes como amante.
Hermafrodito se quedó estupefacto. Era hijo de Afrodita, pero no sabía nada del deseo pasional, y ni mucho menos quería desposarse con aquella ninfa. Ella le abrazó con fuerza y, sin pensarlo dos veces, él se zafó torpemente de sus brazos. Ella intentó besarle y él retrocedió.
- ¡Márchate! -gritó él-. ¿O acaso tendré que marcharme yo?
Salmacis fingió marcharse, pero era incapaz de alejarse de él. Se escondió tras un arbusto y observó cómo Hermafrodito se sentaba en el suelo para descansar. Entonces él decidió darse un baño en la charca, pues era un día caluroso. Se quitó la ropa y Salmacis sintió que el deseo se encendía en su interior al contemplar su cuerpo desnudo. En cuanto él se sumergió en el agua, ella gritó:
- ¡Es mío!
Y saltó tras él. Lo abrazó, lo besó, se aferró a él, presionó su cuerpo... No le dejaba ir.
- Quedémonos juntos para siempre -suplicó Salmacis.
Y los dioses atendieron sus ruegos. Los dos cuerpos, tan fuertemente entrelazados, empezaron a disolverse en un solo ser, ni del todo macho ni del todo hembra. Lo que salió de la charca de Salmacis no era un hombre ni una mujer, sino el primer hermafrodita.
Hermafrodito era hijo de Afrodita y Hermes y su nombre se deriva de la combinación de los de sus padres, mientras que su atractiva apariencia era herencia de su madre. Hermes era un gran viajero y también lo fue su hijo. Un día, en uno de sus viajes, Hermafrodito conoció a Salmacis junto a su charca. Al verle, ella no pudo contenerse de decir:
- ¿Eres mortal o dios? Sin duda, debes de ser Eros, el hijo de Afrodita, y has bajado a la Tierra para dispararme una de tus flechas doradas. Estoy tan profundamente herida de amor que te ruego que me hagas tu esposa o, si ya estás desposado, me aceptes como amante.
Hermafrodito se quedó estupefacto. Era hijo de Afrodita, pero no sabía nada del deseo pasional, y ni mucho menos quería desposarse con aquella ninfa. Ella le abrazó con fuerza y, sin pensarlo dos veces, él se zafó torpemente de sus brazos. Ella intentó besarle y él retrocedió.
- ¡Márchate! -gritó él-. ¿O acaso tendré que marcharme yo?
Salmacis fingió marcharse, pero era incapaz de alejarse de él. Se escondió tras un arbusto y observó cómo Hermafrodito se sentaba en el suelo para descansar. Entonces él decidió darse un baño en la charca, pues era un día caluroso. Se quitó la ropa y Salmacis sintió que el deseo se encendía en su interior al contemplar su cuerpo desnudo. En cuanto él se sumergió en el agua, ella gritó:
- ¡Es mío!
Y saltó tras él. Lo abrazó, lo besó, se aferró a él, presionó su cuerpo... No le dejaba ir.
- Quedémonos juntos para siempre -suplicó Salmacis.
Y los dioses atendieron sus ruegos. Los dos cuerpos, tan fuertemente entrelazados, empezaron a disolverse en un solo ser, ni del todo macho ni del todo hembra. Lo que salió de la charca de Salmacis no era un hombre ni una mujer, sino el primer hermafrodita.
1 comentarios:
Se podrían hacer muchas bromas con este relato la verdad XD.
Pero me quedo con que para saber de las definiciones y denominaciones actuales hay que saber de mitología. No sabía lo de la mezcla de Hermes y Afrodita.