Author: Xabi Otero
•5:01 PM
Hace poco tuve el gran placer de asistir a una charla de uno de los geógrafos más importantes de todos los tiempos (al menos a nivel español): el ilustrísimo señor Eduardo Martínez de Pisón. Para quienes no sepan nada sobre él, sabed que es un catedrático de geografía física, si bien él apuesta por una unión entre el aspecto físico de la geografía con su correspondiente humano (lo cual se resume en este concepto tan sonado en el mundo geográfico como es el paisaje).

No sé si voy a poder describir fácilmente las sensaciones que me recorrieron el cuerpo durante su charla. Unas 180 diapositivas preciosas, cargadas de mucha belleza y de unos valores didácticos impresionantes. Da gusto poder escuchar a un profesional de los pies a la cabeza describiendo numerosas sensaciones que te hacen ponerte en el lugar descrito.

Además, relacionaba cada aspecto de la montaña con miles de otras fuentes del saber tales como la música, el arte, el deporte, etc., así como las numerosas ramas de la geografía (clima, biogeografía, relieve, impacto humano sobre el entorno...).

En definitiva, todo un placer para nuestros sentidos auditivos (y a su vez, todos los restantes que este señor es capaz de activar con su simple habla). Estoy deseando poder comprar uno de sus libros, leérmelo tranquilamente y dar rienda suelta a la imaginación... Grande, Eduardo.
Author: Xabi Otero
•9:17 PM
Una vez leída la Ilíada, el siguiente paso era leer la Odisea. Parece que estos dos libros siempre se leen uno tras otro y en este orden. Sin embargo, tienen un carácter bien distinto.

En el caso de la Odisea, no es tan lento como la Ilíada, que se hacía pesada en algunos puntos. La Odisea es más aventurero, más dinámico. Es por ello que la mayoría de los lectores muestran una clara preferencia hacia esta segunda obra.

Personalmente, también me incluyo entre los que prefieren la Odisea, ya que incluye muchos más relatos fantasiosos que la Ilíada (al fin y al cabo, ésta narra un hecho real, que es la guerra de Troya). Aun así, debo apuntar que la diferencia entre mi gusto por una y por otra es mínima.

Un aspecto que me ha llamado mucho la atención es el personaje principal, Ulises. Si bien éste es presentado como un héroe, el libro atribuye sus grandes actuaciones a Atenea y Hermes (especialmente la primera, su principal protectora). Por lo tanto, a mí me sugiere pensar que no era tan héroe como parecía, en el supuesto de que interpretemos el texto literariamente. No sé qué pensarían los griegos en aquella época...

Por último, voy a remarcar que estos dos libros los he disfrutado mucho más tras cursar una clase de mitología, en la que dábamos sentido a todos estos relatos fantasiosos que a priori pueden parecen meros relatos fantásticos. Pero no nos engañemos, detrás de esto, cabe buscar la relación de estas historias con las verdaderas características de su sociedad contemporánea.

p.d. Siguiendo con el tema, la próxima crítica literaria será la Eneida.
Author: Xabi Otero
•10:33 AM
Yesterday I read an article which I found very interesting in the National Geographic magazine. I'm going to write it here and then, I'll give my opinion.

A new view of the United States based on the distribution of common last names shows centuries of history and echoes some of America's great immigration sagas. To compile this data, geographers at University College London used phone directories to find de predominant surnames in each state. Software then identified the probable provenances of the 181 names that emerged.
Many of these names came from Great Britain, reflecting the long head start the British had over many other settlers. The low diversity of names in parts of the British Isles also had an impact. Williams,for example, was a common name among Welsh immigrants -and is still among the top names in many American states.
But that's not the only factor. Slaves often took their owners' names, so about one in five Americans now named Smith are African American. In addition, many newcomers' names were anglicized to ease assimliation. The map's scale matters too. "If we did a map of New York like this, "says project member James Cheshire, "the diversity would be phenomenal" -a testament to that city's role as a once-and-present gateway to America.


In my opinion, this is a very special and interesting way of studying history and geography at the same time: history when you think about the surnames' oriign; geography when you have to explain the distribution by a geographical phenomenon (e.g. immigration). This is another evidence which serves me to state that the geographers study so many different fields.
Author: Xabi Otero
•10:48 PM
Author: Xabi Otero
•10:02 AM
Ayer nos enteramos de una triste muerte en el panorama musical... El gran guitarrista de blues, Gary Moore, fue hallado muerto en Estepona. Sin duda, es una gran pérdida para el mundillo, pero siempre nos quedarán temazos como éste para recordarlo.


Used to be so easy to give my heart away.
But I found out the hard way,
there's a price you have to pay.
I found out that love was no friend of mine.
I should have known time after time.

So long, it was so long ago,
but I've still got the blues for you.

Used to be so easy to fall in love again.
But I found out the hard way,
it's a road that leads to pain.
I found that love was more than just a game.
You're playin' to win, but you lose just the same.

So long, it was so long ago,
but I've still got the blues for you.

So many years since I've seen your face.
Here in my heart, there's an empty space
where you used to be.

So long, it was so long ago,
but I've still got the blues for you.

Though the days come and go,
there is one thing I know.
I've still got the blues for you.


Author: Xabi Otero
•1:09 PM
Leyendo este pasaje de la Odisea, he descubierto que los dioses griegos masculinos son muy similares a los seres humanos masculinos actuales:

"Preludiaba el cantor bellamente en su lira su canto
del amor de Afrodita, de hermosa diadema, y de Ares
que en la casa de Hefesto a hurtadillas se unieron un día
tras pagar ricamente el amante la infamia del lecho
del señor del hogar [Afrodita era esposa de Hefesto]; mas el Sol fue a contárselo a éste,
pues los vio desde arriba a los dos en amor abrazados.
Cuando Hefesto escuchó su punzante relato, a la fragua
el camino emprendió meditando en el fondo del pecho
mil desastres; montó sobre el banco un gran yunque y a golpes
unas trabas labró sin engarces ni fallas, capaces
de aguantar cualquier fuerza. Tramando el engaño y en ira
contra Ares, el cuarto marchó donde estaba su lecho;
a los pies que sostén le prestaban y todo en redondo
sujetó aquellos lazos, mas otros colgó en la techumbre
cual finísima tela de araña, invisible a los ojos
de las mismas deidades felices, ardid sin parejo.

Viendo ya alrededor de la cama tendido el engaño,
simuló que marchaba hacia Lemnos, la sólida plaza
asentada en la tierra, por él preferida entre todas.
Pero Ares de riendas de oro en despierta vigilia
le observaba y al ver cómo Hefesto, el artífice insigne,
de camino salía, marchó en derechura a sus casas
anhelante de amor por la hermosa Citera [Afrodita]. La diosa
regresaba de ver a su padre, el Cronión [Zeus] poderoso,
y no bien se sentó cuando Ares entró en la morada.

Con la mano tomando su mano le habló de este modo:
Ven al lecho, querida, gocemos en él descansados,
pues Hefesto no está por aquí; no hace mucho que a Lemnos
se marchó a visitar a los sintis de bárbara lengua.

Tal diciendo agradable le hizo el yacer a su lado
y marchando los dos ocuparon el lecho: al instante
se corrieron los lazos que urdiera el ingenio de Hefesto
y no más se pudieron mover ni estirar pie ni mano.
Comprendieron entonces que estaban cogidos y a un tiempo
acercábase a ellos el ínclito cojo [Hefesto], emprendido
el regreso a mitad del camino de Lemnos: su nueva
desventura había oído del Sol, su seguro vigía.
A sus casas tornaba llevando la angustia en el pecho
y paró en el umbral dominado por ira salvaje,
invocando con gritos furiosos a todos los dioses:

Padre Zeus, dioses todos de vida feliz, inmortales,
contemplad estas obras risibles, mas ya intolerables,
cómo, siendo yo cojo, Afrodita, nacida de Zeus,
me deshonra sin tregua en su amor al maléfico Ares
por ser él agraciado y tener buenas piernas. Y es cierto
que lisiado nací, mas la culpa ¿quién otro la tiene
que mi padre y mi madre? ¡Pudieran no haberme engendrado!
Mas veréis a esos dos cómo yacen en junto amorosos
y a mi lecho subidos. ¡Dolor que me toma al mirarlos!

Tardarán, bien de cierto, en poder variar de postura
por amor que se tengan y pronto vendrán a cansarse
uno y otro de estar en la cama, mas no ha de soltarlos
ese ardid y atadura hasta tanto que el padre me vuelva
cuando yo le entregué por la cínica moza, que tiene
hija hermosa, en verdad, pero bien disoluta. Así dijo
y a su hogar de broncíneos portales vinieron los dioses:
llego allí Posidón, el que abraza las tierras, y Hermes
saludable, y el rey que dispara de lejos, Apolo,
porque sólo a las diosas retuvo el pudor en sus casas.

Y de pie en el umbral los eternos dadores de bienes,
una risa sin fin levantóse en sus almas felices
observando las trazas del hábil Hefesto; y alguno
murmuró de este modo mirando al que estaba a su lado.

Las maldades no triunfan y el lento adelanta al ligero:
así Hefesto con ser tan pesado le dio caza a Ares,
que es el dios más veloz del Olimpo; valióse de astucias,
pues es cojo, y el otro le habrá de pagar su adulterio.

De este modo entre sí conservaban los dioses y Apolo
el augusto, nacido de Zeus, hablábale a Hermes:
¡Dime, oh Hermes divino, de bienes dador, mensajero!
¿Tú quisieras también, aún sujeto por trabas tan recias
en sus lechos al lado dormir de Afrodita dorada?

Contestándole dijo, a su vez, el heraldo Argifonte:
¡Ojalá fuera así, flechador rey Apolo, y sujeto
por cadenas tres veces más duras que aquél, y aún a vista
de vosotros los dioses y a un tiempo de todas las diosas
consiguiera yo al lado dormir de Afrodita dorada!"


Como podéis ver, las conversaciones entre ambos dioses, el morbo del cotilleo, infidelidades... está claro que los griegos hicieron sus dioses según su imagen y semejanza (al contrario que la Biblia, que a semejanza de Dios, se creó al ser humano).