Author: Xabi Otero
•3:36 PM
A cierta edad, uno repara en que quizás sea el tiempo de dejar de leer lecturas modernas (por muy buenas que puedan llegar a resultarle) y retroceder en el tiempo para leer esos clásicos de literatura que tanto han enganchado a diversas generaciones.

Esa sensación me ha llegado a mí y he decidido combiar lecturas modernas con algunos clásicos. Entre ellos, he tenido el gran placer de poder haber leído el famoso "Yo, Claudio".

Este libro me ha maravillado, por multitud de motivos. No he puesto ningún fragmento del libro, porque eran demasiado extensos como para ponerlos en este blog. Sin embargo, que ello no signifique que el libro me ha gustado poco. No sé si alguna vez os ha ocurrido, pero a mí me sucede de vez en cuando que un libro te gusta hasta tal punto que no puedes decidirte por un sólo fragmento, ya que todos te parecen igual de buenos.

Un aspecto positivo que destaco de este libro es que ayuda al lector a aprender historia, que a fin de cuentas, es cultura. Leer este libro implica tener ciertas nociones sobre la época en cuestión (sobre todo el primer siglo d.C.) en la antigua Roma. Relacionado con esto, otro aspecto que cabe destacar es el estilo: el modo en el que está contado es muy familiar, accesible incluso a gente que no tiene mucha idea sobre la época y los personajes. Toda la trama está contada de una manera anecdótica, por lo que no se hace en absoluto aburrido durante su lectura.

Podría destacar muchos otros aspectos positivos, pero las críticas negativas también deben resaltarse. Mi única crítica es que no se sabe hasta qué punto es fiable todo lo que allí se cuenta. Al fin y al cabo, está escrito por el emperador Claudio, y bien podría haber exagerado, manipulado u omitido detalles según su opinión. Pero es una característica que va unida a la mayoría de relatos históricos de esta clase, pues la historia encierra ese pequeño defecto. No obstante, este defecto puede enfocarse también como algo misterioso cuya magia nunca se va a descubrir.

Espero haber convencido a algún lector para que eche un vistazo a esta gran obra.
Author: Xabi Otero
•10:08 PM
Deméter recorrió el mundo en busca de su hija desaparecida. Mientras lo hacía, dejó de lado sus obligaciones como diosa del cultivo y la fertilidad. Las cosechas se arruinaron. El pueblo empezó a pasar hambre. No había alumbramientos en ninún lugar del mundo, ni entre las aves ni entre los peces, los insectos, los animales ni los seres humanos. Cada vez menos personas acudían a los templos para adorar a los dioses, y el número de animales que sacrificar en su honor se reducía por momentos. Tal vez fuera la cantidad menguante de sacrificios lo que finalmente obligó a Zeus a ayudar a Deméter, sumado a los sufrimientos de los seres humanos, que clamaban a los dioses del Olimpo para que los ayudaran.

Sin embargo, antes de que Zeus estuviera dispuesto a decirle a Deméter que su hija era ya la reina del mundo subterráneo,antes de que los cultivos se arruinaran por completo, antes de que las súplicas del pueblo a los dioses fueran tan estridentes que alguien tuviera que atenderlas, Deméter llegó a la Casa Real del rey Céleo en Eleusis. El príncipe Demofonte acababa de nacer y a ella la contrataron como niñera. Nadie reconoció a la gran diosa Deméter en aquella mujer que lloraba por la hija que había perdido. Todas las noches, a escondidas, untaba la piel del bebé con ambrosía, el alimento de los dioses, y luego lo colocaba unos instantes entre las llamas de la chimenea. Cuando lo recuperaba, no había señal de herida alguna. Un día, un sirviente asustado le dijo a la reina que la niñera torturaba al bebé. La noche siguiente, la reina corrió a la cocina y allí encontró a la niñera, depositando tranquilamente al bebé en el fuego. La pobre madre, aterrada, gritó y lo rescató, pero las llamas no le habían hecho el menor daño. El pequeño parecía incluso irradiar buena salud. Deméter suspiró ante la necedad humana.Desveló entonces su condición de diosa y explicó que, de haberla dejado sola, habría otorgado al bebé el don de la inmortalidad en las llamas.
Author: Xabi Otero
•11:16 PM
Es difícil definir un grupo tan original como éste. Sin duda ésta es su característica más destacable. Y es que en estos tiempos, cada vez es más difícil crear algo que sea bastante diferente a lo que ya existe. Por eso, tengo el placer de presentaros un grupo desde Euskal Herria que está causando gran furor actualmente. Su estilo no puede definirse claramente, pero el ska y el reggae aparecen frecuentemente, a menudo mezclados con toques de folklore vasco. Si a esto le añadimos la participación de un DJ como componente del grupo, probablemente nos hayamos acercado mucho a lo que es Esne Beltza. Es difícil escoger una canción que refleje todo lo que he dicho, pero ésta podría valer. Sin embargo, es probable que si no gusta esta canción, puedan gustar otras muchas del grupo (que actualmente cuenta con 2 álbumes).





p.d. No os dejo letra porque no encuentro en ninguna página y prefiero no poner lo que entiendo, por si acaso no es correcto del todo.
Author: Xabi Otero
•11:08 AM
Deméter es una de las diosas de la antigua Grecia de las que menos se sabe. Era la diosa de los cultivos, sobre todo de las cosechas de cereales, y también la responsable de la fertilidad en el mundo. Apenas desempeñaba un papel en las batallas de los hombres mortales y en los enredos sexuales de los dioses del Olimpo.

La hija de Deméter y Zeus se llamó Perséfone. La niña creció hasta convertirse en una hermosa doncella que disfrutaba cogiendo flores en el campo, si bien todas ellas quedaban eclipsadas ante su belleza. Los griegos veían en su juventud la perfección y en ocasiones se hace referencia a ella sencillamente como Kore, "doncella". Un día estaba recogiendo flores, cuando los caballos negros de Hades, dios del averno, aparecieron de súbito de la tierra tirando de un carro en el que iba el propio Hades. Había decidido que Perséfone fuera su reina. Sin mediar palabra, tiró de ella y la hizo subir al carro, y atizó a los caballos para que se internaran de nuevo a toda velocidad en el mundo de los muertos. Ciertos autores afirman que Hades había sido herido por las flechas de Eros, hijo de la dorada Afrodita, con el fin de someter a todos los dioses del Olimpo al control de ambos.

Nadie supo decirle a Deméter adónde había ido a parar su hija; es decir, nadie estaba dispuesto a hacerlo. El omnipresente Zeus sabía perfectamente lo que había ocurrido, pero aunque Perséfone era su hija, no hizo nada por ayudarla. Zeus no quería ofender a su hermano, que para entonces ya estaba lo bastante furioso con él. Hades siempre estuvo resentido con el reparto del mundo que se había llevado a cabo entre los tres hermanos, Zeus, Posidón y él mismo, tras el derrocamiento de Crono. Posidón disfrutaba del reino de los mares y Zeus era el señor de todo el mundo, pero Hades tenía que vivir en el mundo subterráneo y sus súbditos eran los muertos. Si Zeus ordenaba que Perséfone fuera devuelta a su dolida madre, el resentimiento de Hades se tornaría en una furia incontrolable.