For centuries they roamed Europe's forests -massive bovines calles aurochs that they were depicted on cave walls by Paleolithic artists and prized as hunting trophies. They died out nearly 400 years ago. Now genetics may bring them back to life.
Sound like a Jurassic Park sequel? It's actually the real-life plan of Project Tauros, a consortium of European scientists using DNA sequenced from aurochs teeth to steer a novel breeding program. Project researchers are currently identifying living cattle -including Spanish Limiana and Italian Maremmana- that still carry aurochs genes. Then breeders will cross those cattle to retain the pertinent DNA, jettison the rest, and make bovines that, in about a decade, are expected to look and act just like their extinct ancestors.
Aurochs were herbivorous behemoths, and in the past they browsed on beech, a type of tree now choking Europe's woods. Today such housecleaning would help regrow native flora -as one resurrected species gives other, threatened ones a shot at survival.
Algunas de las ninfas de la mitología griega son dríadas que pertenecen a un árbol en particular, y viven y mueren según la longevidad del mismo. Otras son oréadas, ninfas de las montañas, y también existen las níadas, ninfas de los ríos, los arroyos y las charcas. Las níadas disfrutan de todo su potencial cuando viven cerca del agua. Salmacis era una níada, y apreciaba tanto su charca que prefirió estar cerca de ella a sumarse a las demás ninfas acompañantes de Ártemis en la caza.
Hermafrodito era hijo de Afrodita y Hermes y su nombre se deriva de la combinación de los de sus padres, mientras que su atractiva apariencia era herencia de su madre. Hermes era un gran viajero y también lo fue su hijo. Un día, en uno de sus viajes, Hermafrodito conoció a Salmacis junto a su charca. Al verle, ella no pudo contenerse de decir:
- ¿Eres mortal o dios? Sin duda, debes de ser Eros, el hijo de Afrodita, y has bajado a la Tierra para dispararme una de tus flechas doradas. Estoy tan profundamente herida de amor que te ruego que me hagas tu esposa o, si ya estás desposado, me aceptes como amante.
Hermafrodito se quedó estupefacto. Era hijo de Afrodita, pero no sabía nada del deseo pasional, y ni mucho menos quería desposarse con aquella ninfa. Ella le abrazó con fuerza y, sin pensarlo dos veces, él se zafó torpemente de sus brazos. Ella intentó besarle y él retrocedió.
- ¡Márchate! -gritó él-. ¿O acaso tendré que marcharme yo?
Salmacis fingió marcharse, pero era incapaz de alejarse de él. Se escondió tras un arbusto y observó cómo Hermafrodito se sentaba en el suelo para descansar. Entonces él decidió darse un baño en la charca, pues era un día caluroso. Se quitó la ropa y Salmacis sintió que el deseo se encendía en su interior al contemplar su cuerpo desnudo. En cuanto él se sumergió en el agua, ella gritó:
- ¡Es mío!
Y saltó tras él. Lo abrazó, lo besó, se aferró a él, presionó su cuerpo... No le dejaba ir.
- Quedémonos juntos para siempre -suplicó Salmacis.
Y los dioses atendieron sus ruegos. Los dos cuerpos, tan fuertemente entrelazados, empezaron a disolverse en un solo ser, ni del todo macho ni del todo hembra. Lo que salió de la charca de Salmacis no era un hombre ni una mujer, sino el primer hermafrodita.
El planeta Marte debe su nombre al dios romano de la guerra, Marte, el equivalente al dios griego Ares. El nombre del dios pervive en nuestro idioma no sólo en la denominación del planeta sino también en la terminología bélica, con el concepto de "marcial". El color rojizo del planeta enseguida se asoció a la sangre derramada en la batalla. Los astrónomos han bautizado a las dos pequeñas lunas de Marte con los nombres de los hijos que Afrodita le dio a Ares: Fobos y Deimo. Ares no gozaba del aprecio general de los dioses del Olimpo, pero el planeta Marte presume de tener un monte Olimpo propio, el volcán más grande encontrado en el sistema solar.
La historia de Afrodita y Adonis empieza mal, con una hija enfervorecida de deseo sexual hacia su propio padre. Bien podría haber sido Afrodita quien inspiró a la princesa Mirra la pasión que sentía por su padre, el rey Cíniras del reino árabe de Pancaya. Mirra luchó contra todos sus sentimientos, pues sabía que el incesto estaba prohibido, y temía a las Erinias, las Furias que salen del mundo subterráneo para atormentar a los culpables. Pero en una ocasión, aprovechando que su madre, Cencrias, tuvo que ausentarse para celebrar los nueve días de festividad en honor de Deméter, Mirra cedió al deseo y visitó el dormitorio de su padre a oscuras, fingiendo ser una sirvienta que se había enamorado de él. Quedó en estado aquella misma noche, pero siguió acudiendo a su lecho noche tras noche, hasta que él sintió curiosidad por verla. Acercó una lámpara y, horrorizado, descubrió que la mujer que yacía junto a él era su hija.
Cíniras se sintió tan consternado y asqueado que desenvaión la espada, dispuesto a matarla. Mirra huyó en la oscuridad, salió del palacio y vagabundeó por Arabia como fugitiva. Se escondió durante nueve meses, mientras su vientre seguía creciendo. Y entonces empezó a orar, sin saber qué dios la escucharía. "Si existe algún dios que se ocupa de aquellos en verdad arrepentidos, le suplico que me escuche. Merezco el castigo, y sé que corrompo el mundo de los hombres y las mujeres mortales con mi mera existencia. Si desciendo al mundo subterráneo, corromperé al mundo de los muertos. Te suplico que me cambies y me conviertas en algo diferente a un ser humano ni vivo ni muerto, de modo que no pueda corromper nada, y haz que el castigo sólo me afecte a mí y no al bebé que llevo en el vientre, que no ha hecho ningún mal".
La diosa Gea, la pródiga Madre Tierra, oyó sus súplicas y se apresuró a anclar los pies de Mirra al suelo. Sus dedos se convirtieron en largas raíces que surcaron las profundidades de aquella oscura tierra para sustentar su cuerpo, que progresivamente se alargó y se transformó en el tronco de un alto árbol. La suave piel de la joven se endureció y se transformó en corteza, y toda su carne humana se tornó en árbol, pero la muchacha aún fue capaza de derramar lágrimas de aromática savia. Así es como la mirra apareció en el mundo.
El hijo de Mirra, Adonis, nació del tronco del árbol de la mirra. Creció y se convirtió en el más atractivo de los hombres, y la propia Afrodita se sintió abrumada de deseo hacia él. Anhelaba con desespero su compañía, y se alteraba cuando estaban separados, aunque sólo fuera un momento. A Adonis le gustaba cazar y, para complacerle, Afrodita también se instruyó en la caza, pero ella prefería buscar criaturas de tamaño reducido, que no tuvieran colmillos afilados ni púas ni garras. Suplicó a Adonis que no corriera riesgo alguno, que se quedara con ella y disfrutara de su amor, en lugar de malgastar el tiempo cazando animales salvajes como jabalíes, leones u osos.
Adonis parecía escucharla y estar de acuerdo, y ella se sintió lo bastante segura para dejarle partir sólo por un día mientras ella viajaba a su amada isla, Chipre. En cuanto su carro partió hacia el cielo, tirado por una bandad de cisnes, él cogió la lanza y llevó a los sabuesos de caza. No tenía intención alguna de salir en busca de un jabalí salvaje, pero cuando los perros detectaron el rastro de uno, no se retiró. Arrojó la lanza e hirió al jabalí en un costado. Sin embargo, la herida no era profunda y el jabalí enseguida se zafó de la lanza. Adonis se había quedado desarmado; el jabalí corrió hacia él y, en el envite, le clavó los colmillos en la ingle. Adonis cayó al suelo, agonizante.
Afrodita oyó gritar a Adonis y miró hacia abajo desde el cielo. Le vio, tendido y desangrándose. Ella lloró y se tiró del cabello, pero no consiguió convencer a las Parcas de que impidieran su muerte. Se arrodilló junto a él y palpó la tierra anegada de su sangre. "Te recordaré, Adonis -dijo-, y también el resto del mundo te recordará. De tu sangre nacerá una flor que brotará con la primavera y tendrá una corta vida". La sangre de Adonis se transformó en una anémona, flor que, en cuanto brota, pierde sus pétalos al viento.
El cinturón de Afrodita, una banda dorada que llevaba alrededor de la cintura, era en realidad el arma que la diosa empleaba contra los dioses y los mortales. Se lo entregaba a algún hombre, alguna mujer o alguna ninfa inmortal cuando planeaba subyugar a un dios o a un mortal mediante el deseo sexual. En cuanto la víctima posaba la mirada en quien llevara puesto el cinturón, se sentía totalmente arrebatado por el deseo, y era incapaz de controlarse ni de sopesar las consecuencias de su pasión. Afrodita, la diosa dorada del deseo, fue causante de numerosas guerras.
Llegó a dominar incluso la mente de Zeus despertando su deseo sexual en tantas ocasiones que finalmente él decidió pagarle con la misma moneda, es decir, utilizar su misma artimaña. Así, hizo que se enamorara perdidamente de un mortal, Anquises, rey de los dárdanos. El encantamiento de Zeus duró sólo una noche, y a la mañana siguiente Afrodita obligó a Anquises a prometer que jamás le diría a nadie que había compartido su cama con ella.
Anquises se sintió aterrado al caer en la cuenta de que había yacido con una diosa, pues conocía todas las historias de mortales que habían sido asesinados por acercarse en exceso a algún dios. Afrodita le aseguró que nunca le haría daño; al fin y al cabo, según le dijo, estaba ya embarazada de un hijo suyo, Eneas. Anquises pronto olvidó tanto el terror como la promesa. Pocos días después se reunió con sus amigos; bebieron y hablaron de mujeres, como suelen hacer los hombres cuando beben.
- ¿Veis a aquella joven que sirve vino? -preguntó uno de ellos-. Antes me acostaría con ella que con la dorada Afrodita. ¿No opinas lo mismo Anquises?
Anquises fue lo bastante prudente para no ofender a la diosa conviniendo con su amigo, pero no pudo contener el impulso de decir que podía escoger entre las dos mujeres con conocimiento de causa, puesto que había yacido con ambas. Zeus oyó aquella fanfarronadae inmediatamente lanzó un rayo contra Anquises, pero Afrodita alzó su banda dorada para protegerle. Éste no murió a consecuencia del ataque, pero se quedó paralizado y tuvo que guardar cama el resto de su vida, sin la compañía de ninguna bella diosa para consolarle.
Hoy nos trasladamos a una de mis tierras preferidas (y no sólo musicalmente). Desde las frías tierras finlandesas, nos llega un grupo relacionado con el metal (con el power sobre todo), a pesar de que en los últimos discos ha perdido bastante de este subgénero. Sin embargo, es uno de mis grupos preferidos y entre tantas canciones que me encantan, he acabado escogiendo una de las más conocidas, porque es muy completa. Espero que os guste.
Eguna Nescafé potoko kafe kondar atzemanezina bezala ahitu eta Dublin hiriak betazalak hersten dituenean, zonbi balantzati itxurako figurak ikusten dira ibaiaren bokalearen inguruan paseeran. Kanpotarrak harritu egiten dira noraezean alderrai dabiltzan dublindar herratu hauek ikustean. Nescafé potoaren hondoan koilaraz azken kafe aleak nola, hala bildu nahi izaten dute dublindarrek eguneko azken argi printza beren baitara. Etxerako bidea erakutsiko dien argi printzaren bila dabiltzan zonbiak dira ordu horretan dublindarrak, arratsa Guiness garagardo beltzez betetako akuariumetan murgildurik eman dutenak: hizketa lasaian mahai biribilen inguruan eserita, bizitza garagardoaren aparra baino zerbait gehiago ote den galdetuz beren buruei.
Zonbi dublindarrek O'Connel zubian bermatzen dituzte beren besoak eta James Joyceren liburuen azken edizioen ehundaka ale ikusten, ezarian-ezarian, ibaiaren aparrak herrestan eramanak. Hori guztia, etxera bidean doazenean, zainetan Guinnes garagardoaren beltza eta begirada apur bat lausoturik dutela, eguna eta hiria kristalezko kafe poto hutsa bezala geratzen diren bitartean. Dublingo kale askotan etxeak bata bestearen berdin-berdinak dira: horregatik margotzen dituzte ateak kolore biziz eta ate guztiak kolore diferentez; gauero, garagardo gehiegi edan ondoren zonbi gisara etxeratzean, nork bere atea errazago topa dezan auzoaren etxera sartu gabe deskuiduan.
Dublindarrek, norbere etxeko atearen kolorea bereizi ahal izateko, azken argiari jarraitzen diote. Baina gu daltonikoak ginen, daltonikoak gibelez eta daltonikoak bihotzez, eta, arraroa bada ere, daltonikoak ikusmenez ere, eta ez genuen gauetan gure etxea sekula aurkitzen, hango lagunek serbiletetan mapak marrazten zizkiguten arren. Gauero, eguna garagardo beltza edaten eta diskadendaz diskadenda Ramones taldearen grabazioen bila pasa ondoren, geurea ez zen ateren bat zeharkatzen genuen zonbien daltonismoak jota, eta isil-isilik, arrotz zitzaizkigun altzariekin estropozo ez egiten saiatuz, gureak ez ziren ohetan sartzen ginen, oharkabean.
Dublinen izan ginenean, daltonikoak izateaz gain, gazteak ere baginen, eta iraultza eta artea elkartu nahi genituen. Baina gure etxekoak ez ziren ate koloretsu haien atzean, Nora eta Jalesa izeneko neska batzuk ezagutu genituen gau haietako batean, eta gerorako utzi genituen iraultza eta artea, behin-behinekoz bazterturik. Orain, gosaritan, koilaraz kristalezko Nescafé ontziko azken kafe kondarra xerkatzen dudanero, Dublingo gauekin gogoratzen naiz, kafe zaporeko garagardoarekin. Ikaragarri arduratzen naiz, oraindik ere, gauero, beren etxeko atea aurkitu ezinik jarraituko duten dublindar daltonikoekin.
Dublindik etorri bezain pronto rojo-fire gorri biziz pintatu nuen nire etxeko atea. Momentuz ordea, ez du inork deskuidatuta zeharkatu. Jabeen junta kexu agertu zitzaidan, hori bai, eta esnezaleak jada ez dit aterik jotzen.
I've had the chance to visit this beautiful city, which inspires me to write these following impressions:
Amsterdam is so wonderful. It's very difficult to visit a city where everything is almost perfect. At least, in the city centre. There, the buildings are so special, following a style which has no similarity in which I'm accustomed to see. The street plan is also beautiful and makes you recognize the city at the first sight.
The city centre is full of channels, because all the country is land won to the sea. So, Holland is a good example of ancient and magnificient architecture. Now, the land is very fertile and because of this, all kinds of agriculture and livestock breeding can be carried out.
In addition, Amsterdam is a model in terms of tolerance. Starting with the city centre, we find different districts living altogether with any problem (The Chinese district, the Jewish one and the prostitutes of the red light district are at only 5 minutes from each other). This is remarquable among the population too. In fact, people from different races chat and go out altogether.
Even if it's the capital of the country, the city's not very populated. When you're walking down the streets of the dowtown, you don't feel like you were in a stressful city. Indeed, just the opposite: the calm you can find in Amsterdam is very difficult to find in another European capital. The water has something to do with this fact, as well as the little amount of cars that pass through this part. Instead of cars, the bikes full all the streets, due to their popularity to move around the disctricts. But sometimes, they appear to be an enemy for the pedestrians: if you go there, be careful when you hear the sound of a bike's bell and move appart immediately unless you want to be run over.
Moreover, the weather is quite unstable. Clouds move so fast, as if they were running away from something, which makes that a sunny day can turn to a rainy one in a few hours. I don't know why the clouds move so fast, maybe they're under the effect of the windmills of the countryside. But an umbrella or raincoat can be really useful.
Finally, the nights at Amsterdam are more special than in any other city, due to the romantic view of the channels and the lights. And, if you're lucky, you can listen to good music, like Gyrospect, a group who makes those nights more magical. Or in a funny day, you can see the Danish bottle boys playing on the ground. Every musical show is perfectly adequated to the hours when they're offered.
So, I strictly recommend the visit to this city (and if it's possible, to the whole country) for so many reasons: tolerance, difference, history, culture, architecture, development, freedom, water, agriculture... and I could keep on writting more reasons.
Today, I'm going to write about a topic that has some political issues, although my opinion has nothing to do with it. The topic is about coherence.
As you know, the mundial cup of soccer has just finished and the winner has been the Spanish selection. As it's logic, everbody around the country has been celebrating it. But we must write some previous ideas.
If someone who doesn't know the situation of Spain, let me show you a couple of ideas about this country. It's divided in some regions, and two of them are Catalunya and the Basque Country. Both has very strong movements in favour of independence. It's not very common to see here the Spanish flag, but the regions' one. It is also remarquable that Spanish nacionalist ideas are very bad seen, at least in a considerable group.
However, I believe I have lived a massive conversion. Noy, nearly all the Basks and Catalans are celebrating with joy the victory of what they call "our selection". That's what I don't understand. The same people that were criticising a few months ago the Spanish government and its measures (that even if the cup has been played, lie still there), are now supporting this. I have seen for the first time in my life Spanish flags in my town, where if you were with a T-shirt red and yellow, you were bad seen. Some can try to justifie it when they say that the triumph of the football selection has been due to the Barça team. Though, I think it's not a good explanation. I have two better words to describe it: hypocrisy and incoherence.
Furthermore, I have to add that I've not been supporting my country. So, if someone's thinking that this text is due to my nacionalist ideas, he can change his mind. It's because I'm tired of watching incoherence everywhere I look to.
I think a bit of more comprehension between all the regions (in good and bad moments) could be more fair than what we are living today.
Cluj-Napoca da banpiroen eskualdeko hiriburua. Erran nahi baita: Trantsilvaniako hiriburua. Bertan kaleak irristakorrak dira. Irristakorra ere izan zaie eskualdea bera ere, menperatu nahi izan duten estauei: garai batean Hungariaren menpe zena, Errumaniako estatuaren baitan integratua dago gaur egun. Ekialdeko Europan da beraz, hainbestetan entzun eta fantasian ala errealitatean kokatu behar ote zen ez genekien Trantsilvania ospetsua. Cluj-Napoca hiriburuan erraza da gaur egun ere irrist egitea: hain da traidorea gau hotzak harlauzetan utzitako ihintza. Eta irrist eginez gero, kristalezko begiak topa ditzake batek lurrean han eta hemen, banpiroen arrastoak eta itzalak. Gaur egun ordea, Cluj-Napocan banpirorik aurkitzea ez da erraza. Turistek betiko harrapatu nahi izan zituzten beren argazki makinez flasheatuz, banpiroen arimak argazki makinaren barruan harrapaturik geratu arren argazkietan azaltzen ez zirela jakin gabe. Banpiroek Cluj-Napocan utzitako arrasto bakarrak, han eta hemen, edonon topa daitezkeen denda ortopedikoak dira, eskapareteetan berunezko lepo-babestaileak dituztenak, eta banpiroen arrastotzat jo daiteke halaber, turistentzat montaturiko disco-pub bat, dekorazio tetrikoa duena: mahaiaren ordez hilkutxak ditugu edalontzien bermaleku, eta garagardoa eskatuz gero, burezurren forma duten edalontzietan ateratzen dute, oso modu onean. Disco-pubean gregoriano musika entzuten da eta barmanak plastikozko letagin antiestetiko batzuk ditu, berezkoa duen konkor batekin batera. Horiek dira Drakulak Cluj-Napocan utzitako arrasto bakarrak. Beldurgarriak diren gauzak, denborarekin, historiak berak bihurtzen ditu komiko.
Egun, hiriko teilatu guztietako antena gurutziltzatu formakoek eragozten diete banpiroei bakean paseatzea. Urrun geratzen da Cluj-Napoca hiriko sarreran gurdi batean zihoan nekazariak sehaskan abandonaturiko jaioberria aurkitu zueneko eguna. Sehaska gurdiko atzeko partera igo eta handik gutxira, zaldiak gurdiari nekez eragiten ziola ohartu omen zen nekazaria. eta hara non, gurdiaren atzealdera begiratzean, izu-laborriak jota ikusten duen nekazari txundituak, haur jaioberriak, egundoko letaginak izateaz gain, kaminoraino luzatzen zaizkion azazkal luze, sega gisakoak dituela, gurdiari bere bidea eragozten ziotenak, hain justu. Baina horiek aspaldiko kontuak dira. Orain, banpiroak garagardo iragarkietan agertzen dira, lepoei muzin egin eta hortzadurarekin Heineken botilak irekitzen.
Banpiro guztietan ezagunena zen Drakulak berak ere aspaldi utzi zuen Trantsilvania. Islandiarantz joan zen -air mail-, Cluj-Napocako hilerriko lurrez betetako zerraldo batean sartuta, behin batez, norbait, Islandiako paraje izoztuan gauak sei hilabete irauten zuela entzun ziolako.
Afrotida, diosa del deseo sexual, nació de la espuma del mar. Salió de una concha y pisó tierra por vez primera en Chipre o bien en la isla de Cítera. En ocasiones se la veneraba como diosa del cariño formal y de la comunidad, al igual que Hestia, diosa del hogar, o Hera, diosa del matrimonio. Pero el amor que Afrodita inspiraba era, en su mayor parte, apremiante y desenfrenado, y trascendía a la razón y al sentido común. Era la diosa del encaprichamiento y de la obsesión sexual, del deseo que conduce a sacrificarlo todo por conseguir ser amado. Sin embargo, como diosa nacida del mar, los marineros la veneraban y le pedían encontrar aguas calmas y regresar sanos y salvos de sus travesías. Al igual que la mayoría de los dioses del Olimpo, Afrodita era un suma de opuestos, pero los mitos más conocidos de esta diosa se centran en la pasión incontenible.
El dios de la guerra, Ares, era hijo de Zeus y Hera. Era habitual encontrarle en su hábitat natural: el campo de batalla. No eran muchos los dioses del Olimpo que disfrutaban de su compañía, pues tenía un temperamento feroz y creía en la violencia como la solución apropiada a casi todos los problemas. No obstante, Afrodita no sólo disfrutaba de su compañía, sino que además compartió con él un apasionado idilio. Afrodita era tan capaz como Ares de dejarse arrebatar por sus pasiones, a escondidas de su esposo Hefesto. La diosa incluso convenció a su marido de que era el padre de sus cuatro hijos: Fobo (nombre que significa "miedo" en griego), Deimo ("terror"), Eros, dios del amor, y Harmonía, diosa de la concordia. Sin embargo, todos eran hijos de su amante, Ares.
Un día, Afrodita fue al palacio de Ares y yació en su lecho demasiado tiempo, tanto que por la mañana el dios del sol los sorprendió juntos. Éste se apresuró a referirle a Hefesto lo que acababa de ver, quien, pese a ser parco en palabras, enfureció de tal modo ante la noticia que dio a conocer a todos los dioses del Olimpo su intención de vengarse. Pasó toda esa jornada martilleando una malla de bronce hasta dejarla lo bastante fina para poder inmovilizar a cualquier presa pero seguir siendo irrompible. Cuando Afrodita regresó al palacio que compartía con Hefesto, éste mintió y le dijo que partía hacia la isla de Lemnos, cuando en realidad no fue más allá de los establos del palacio. Allí se escondió, mientras Afrodita se apresuraba a avisar a su amante de que podía pasar con ella la noche en su lecho nupcial sin correr ningún riesgo. Ares llegó y, en cuanto se tendió junto a la diosa, la malla de bronce cayó sobre ambos. Patalearon y se contorsionaron, pero, por mucho que lo intentaron, no consiguieron zafarse de la trampa.
Hefesto convocó a los demás disoes para que se personaran en su cámara nupcial y vieran los espléndidos peces que había atrapado en su nueva red. Las diosas permanecieron a un lado, pero alrededor del lecho se arracimaron, entre carcajadas, los dioses. Lejos de compadecerse del esposo traicionado, no se cansaron de repetirle a Ares lo afortunado que era y de ofrecerle a cambiarse por él. Al final, Posidón convenció a Hefesto para que dejara libres a los amantes. Ares se encaminó orgulloso hacia su última guera, pero Afrodita se exilió a la isla de Pafos hasta que su esposo la perdonó.
Este cuento está fuertemente influenciado por el mito de Eros y Psique. Ambas son historias de amor puesto a prueba por terceros. Ni la Bella ni Psique superaron en un principio la prueba, ya que la Bella no aprender a amar a la Bestia hasta que éste yace agonizante, mientras que Psique cree las palabras de sus hermanas, según la cual su esposo es un monstruo asesino. Sin embargo, mientras que la Bella se enfrenta a una Bestia real, sólo en la imaginación de Psique Eros es de todo menos el dios más deseable con forma de hombre. En el cuento, tanto la Bella como la Bestia tienen algo que aprender antes de poder amarse mutua y plenamente. En el mito, es Psique quien debe sufrir innumerables experiencias terribles, pero no Eros, quien se las arregla para permanecer oculto en el hogar materno mientras su amada sufre en extremo. Tal vez esto ayuda a explicar por qué a Eros se le representa tan a menudo como un niño que nunca crece.
La otra mitad
El filósofo Platón explicó la naturaleza del amor narrando un mito sobre los primeros seres humanos, que eran criaturas circulares, y tenían dos rostros en un solo cuello, cuatro piernas y cuatro brazos. Se trasladaban rotando por el suelo.
Zeus se enojó con los primeros humanos cuando éstos desafiaron la ley de los dioses y dividió a cada uno de ellos en dos mitades, dejando así a la humanidad con sólo un rostro, dos brazos y dos piernas. Zeus los amenazó diciéndoles que si volvían a ocasionar problemas, los partiría nuevamente en dos. Entonces, con una pierna y un brazo, limitados a ir saltando a todas partes, los hombres aprenderían por fin a tratar a los dioses con el debido respeto.
Según este mito todos somos la mitad de un todo perdido, y todos anhelamos y buscamos la mitad que nos falta. El amor, según esta historia, es el deseo de encontrar la totalidad.
Afrodita estaba aún más iracunda. Sin duda todos los dioses conspiraban contra ella para frustrarla, pero aun así maquinó un trabajo que llevaría a Psique directa a la muerte, sin importar quién intentara ayudarla. La norma del mundo subterráneo, para los griegos y también para los pueblos de Mesopotamia, era que todo ser vivo podía acceder a él pero no regresar. Ordenó a Psique descender al mundo subterráneo para visitar a su reina, Perséfone, y pedirle que entregara a Afrodita parte de su belleza.
Una vez más, Psique pensó en suicidarse, pues ése sería el camino más rápido al mundo subterráneo, no veía la menor posibilidad de bajar allí y regresar con vida. Empezó a subir los peldaños de una alta torre, preparándose para saltar y morir, cuando la torre le habló. "Psique, no desesperes tan pronto. Puedes bajar al mundo subterráneo con vida y regresar con vida, si haces lo que voy a decirte. Debes llevar contigo dos pasteles de cebada y dos monedas, pues Caronte, el barquero del río Estigia, no cruza a nadie sin cobrarle, y el perro de tres cabezas, Cerbero, despedazaría a cualquiera que intentara pasar sin darle de comer. Debes hacer caso omiso de todo aquel que te pida ayuda; comer sólo pan y beber sólo agua, y sentarte siempre en el suelo, incluso si se te ofrece un trono donde hacerlo. Si observas todas estas advertencias, Perséfone te entregará la caja de la belleza y tú podrás regresar al mundo de los vivos, dándole al Cerbero el segundo pastel de cebada y a Caronte la segunda moneda. Recuerda que no debes abrir la caja; no es sensato desvelar los secretos del mundo subterráneo."
Psique corrió por el camino que llevaba al mundo subterráneo y pronto encontró a Caronte con su barca. En el trayecto, un hombre trataba, con grandes dificultades, de cargar madera en un burro, y pidió a Psique que le ayudara a hacerlo para no correr tanto riesgo, pero ella recordó el consejo de la torre y pasó de largo.
Mientras cruzaba el río Estigia con Caronte, vio a un anciano ahogándose y oyó cómo éste le pedía ayuda, pero ella permaneció sentada en la barca y no hizo nada por ayudarle. Seguía avanzando y Afrodita no dejaba de enviarle más y más víctimas desvalidas para tentarla, pero incluso viendo morir niños recordó que no debía hacer ningún caso. Sólo eran fantasmas enviados por la diosa para engañarla y hacer que perdiera los pasteles de cebada que llevaba en las manos. Psique vio al fin a Cerbero, apostado en mitad del camino y gruñendo con las tres bocas que tenía, y ella le arrojó uno de los pasteles. Ya estaba cerca del palacio de Perséfone y Hades, y la diosa la esperaba para entregarle la caja de la belleza.
Sin embargo, aún quedaba otra prueba. La torre le había advertido que no abriera la caja, pero mientras regresaba al mundo de los vivos, le daba a Cerbero el segundo pastel y pagaba a Caronte la segunda moneda, no dejaba de imaginarse con Eros nuevamente, y anheló tomar un poquito de belleza de Perséfone para sí. Abrió la caja y descubrió que estaba vacía, a excepción del aire del mundo subterráneo. Al inspirar profundamente, cayó al suelo y quedó agonizante.
Justo a tiempo, Eros voló hasta ella y extrajo de su cuerpo el aire letal. La herida del hombro había sanado y estaba preparado para desafiar a su madre y asegurarse de que Psique se convertía en diosa, y su futuro bebé, en dios. Llevó a Psique al Olimpo, donde Zeus le ofreció ambrosía, el exquisito manjar de los dioses que torna inmortal a quien lo ingiere. Al igual que su esposo, Psique tuvo alas, si bien las suyas eran alas de mariposa y no las emplumadas de Eros.
Tal y como una oruga abandona su vida en la tierra para revivir después en el aire en forma de mariposa, del mismo modo Psique abandonó su vida de princesa entre los seres humanos y se convirtió en una de las diosas del Olimpo.
Psique se sentía tan desdichada y temerosa de Afrodita que intentó ahogarse en un río, pero éste la reconoció como esposa de Eros y no le permitió morir. Luego le pidió ayuda a Hera, diosa del amor conyugal, y a Deméter, quien conocía el dolor de perder a una hija, como le había ocurrido con Perséfone, pero ninguna de las diosas estaba dispuesta a ofender a Afrodita ayudando a Psique.
Al final, Afrodita encontró a Psique y empezó a castigarla de inmediato azotándola. Luego decidió atormentar a la pobre joven con trabajos que no era posible llevar a término, lo cual le proporcionaba excusas para seguir golpeándola sin respiro.
En primer lugar, Afrodita cogió varios puñados de todos los cereales, legumbres y semillas que existían, y los mezcló. Después arrojó la mezcla al fuego y ordenó a Psique que los seleccionara antes del anochecer. Si no lo conseguía, sería fustigada de nuevo. Psique empezó a formar una pila con las semillas de mijo, pero transcurridos unos minutos comprendió que no podría separar todos los granos antes del anochecer. Se echó a llorar, pero entonces reparó en una hormiga que corría a toda prisa por el suelo y llamaba a todas las demás hormigas del palacio. "La esposa de Eros está aquí y necesita nuestra ayuda". Enseguida las hormigas empezaron a organizar las semillas en pilas. Al atardecer, el trabajo estaba ya hecho.
"Alguien ha debido de ayudarte, taimada criatura -protestó la diosa-, pero no creas que podrás escapar de mi ira tan fácilmente. Quiero que mañana vayas al campo, donde pastan las ovejas doradas, y que me traigas un puñado de lana tan brillante."
Ese trabajo parecía sencillo, pero por la mañana, de camino al campo, Psique observó que las ovejas tenían cuernos largos y afilados. Tuvo que cruzar un pequeño arroyo para llegar hasta ellas; se quedó allí un rato, dubitativa, y los carrizos del riachuelo le dijeron: "Psique, si cruzas ahora, te dirigirás hacia la muerte. Las ovejas te atacarán con sus cuernos y, si sigues con vida, debes saber que sus dientes son también venenosos. Pero estas ovejas sólo son peligrosas de día; cuando el sol calienta en exceso su lana dorada y las irrita. Espera hasta el anochecer, cuando estén calmadas y tranquilas. Entonces podrás caminar segura entre ellas y recoger toda la lana que haya quedado atrapada en los espinos y el brezo."
Aquellas noche Afrodita se enfureció aún más con Psique. "Sin duda algún dios traicionero te ha ayudado", la reprendió, y Psique recordó cómo Siringe, amada de Pan, había sido transformada en un junco. Tal vez había sido el gran dios Pan quien la había ayudado, disfrazado de carrizo.
Afrodita se apresuró a idear otra dura prueba para Psique. "En tu siguiente trabajo será más difícil que encuentres ayuda, porque incluso a los dioses les intimida el río de la muerte. Debes dirigirte al río Estigia y traerme un poco de agua de sus fuentes, situadas ne un lugar elevado de las montañas, desde donde cae en cascada antes de internarse en el mundo subterráneo. Quiero agua del centro del río, no de las orillas".
Psique comprendió perfectamente que la intención de la diosa era matarla cuando ascendió hasta las cataratas y vio que las riveras del oscuro río estaban custodiadas por dragones. Contempló de nuevo la posibilidad de quitarse la vida, pero el águila de Zeus la vio justo cuando, desesperada, estaba a punto de echar a correr hacia los dragones y voló hacia ella para socorrerla.El Águila recordó que Eros la había ayudado cuando Zeus le ordenó abducir al hermoso joven Ganímedes y llevarle al Olimpo para que fuera el escanciador del dios. La inmensa águila arrebató la jarra de la mano de Psique y la llevó al centro del curso del río; después se la devolvió llena de agua oscura.
Una noche, él advirtió a Psique que sus hermanas estaban a punto de ascender a la montaña para buscarla, viva o muerta. Le suplicó que no les prestara atención, pero cuando Psique las oyó llamándola y llorando, no pudo contenerse y pidió al viento que las bajara a su palacio. Cuando las hermanas vieron las joyas, las ricas vestimentas y todos los tesoros del palacio de Psique, tuvieron celos y regresaron al día siguiente para intentar dar con el modo de herir a Psique y arruinar su matrimonio. "¿Qué aspecto tiene tu esposo?", le preguntaron con insistencia, y finalmente Psique tuvo que admitir que nunca lo había visto. "Es un monstruo -le dijeron-, por eso no tiene valor para mostrarse ante ti. Ahora estás embarazada y todo el mundo sabe que el manjar predilecto de los monstruos son las mujeres encintas. Sólo estaba esperando a que el bebé crezca en tu vientre y después os devorará a ambos. Tienes que matarle antes de que él os mate a los dos, utiliza una lámpara para verle y, ¡córtale la cabeza con un cuchillo!"
Psique creyó todo lo que le dijeron sus hermanas. Encontró una lámpara y un cuchillo, y los escondió junto a la cama. Aquella noche, cuando su esposo se quedó dormido, encendió la lámpara y vio su cuerpo por vez primera. Allí, a su lado, yacía el dios del amor con forma de hombre, pero mucho más apuesto de lo que podía llegar a ser cualquier mortal. Junto a su mano descansaban el arco y las flechas, y Psique se arañó con una de ellas para agacharse para besar a su amado. La herida abierta con la flecha sentenció su amor por Eros, que perduraría de por vida.
Psique estaba a punto de besar al dios cuando la lámpara que sujetaba con una mano se deslizó hacia delante, vertió una gota de aceite hirviendo en el hombro de Eros y le despertó. Éste salió del lecho y se dispuso a huir volando, pero Psique se aferró a su esposo unos instantes, de modo que él la sacó del palacio y la llevó a una ladera de la montaña. A ella finalmente le flaquearon las fuerzas y cayó al suelo. Eros le dijo que debía regresar con su madre para que la quemadura del hombro sanase. Afrodita enfureció cuando supo que, en lugar de atormentar a Psique, Eros se había enamorado de ella y la había desposado. Si al menos la insensata joven hubiera guardado silencio, el bebé habría nacido dios, pero en ese momento debía considerarse afortunada si conseguía salvar la vida el tiempo suficiente para que el bebé naciera, porque Eros no podría protegerla de la ira de Afrodita. Eros echó a volar y se internó en la noche.
Los griegos solían imaginar a su dios del amor, Eros, como un muchacho alado y armado con un arco y flechas. Renombrado Cupido por los romanos, fue haciéndose cada vez más pequeño con el transcurso de los siglos hasta que el arte del Renacimiento lo ilustró como un niño rechocho, que apenas parecía lo bastante fuerte para tensar el arco y disparar las flechas. Sin embargo, en la historia de Eros y Psique, narrada por el escritor romano Apuleo, el dios adopta la forma de un joven, aunque no lo bastante mayor para ser del todo independiente de su madre Afrodita. Los dioses del Olimpo siempre estaban dispuestos a castigar la arrogancia de cualquier mortal que osara creerse a la altura de un dios, y además para proclamarlo.
Los relatos sobre la imprudencia y la arrogancia humanas siempre han acabado mal para el ser humano que participara en ellos, pero el mito de Eros y Psique es la excepción, pese a que la insensata princesa Psique tuvo que sufrir grandes penalidades antes de alcanzar la felicidad.
Tal vez su historia acaba bien porque no fue la misma Psique quien osó comparar su belleza con la de una diosa, sino que lo hicieron sus orgullosos padres, quienes aseguraban que la menor de sus hijas era más bella que la diosa del amor, Afrodita. Y, lo que fue peor, toda la población de Grecia y alrededores empezó a visitar el palacio de Psique para adorarla, mientras que los templos de Afrodita quedaron vacíos. La diosa suplicó a su hijo, Eros, que castigara a la joven hiriéndola en el corazón con una de sus flechas, de modo que se enamorara de algún hombre mísero y desdichado y compartiera con él un matrimonio infeliz. Mientras tanto,Psique entristeció porque la gente la trataba como a una diosa, y nadie era lo bastante osado para amarla como mujer y proponerle matrimonio. Sus dos hermanas mayores estaban casadas, pero Psique seguía en el hogar paterno, desdichada y sola.
El rey empezó a preocuparse a medida que pasaba el tiempo y nadie llegaba para cortejar a su hija pequeña. Finalmente, preguntó al oráculo de Apolo dónde podía encontrar un esposo para su hija. La respuesta del oráculo fue aterradora. Psique debía vestirse de novia y ser llevada a la cumbre de una alta montaña. Su esposo no sería un hombre mortal sino un monstruo venenoso, una criatura lo bastante poderosa para espantar al más grande de los dioses, Zeus.
Psique y sus padres ascendieron a la montaña llorando, como si se estuvieran encaminando a su funeral no a sus nupcias. Todos sabían que la joven estaba siendo castigada por Afrodita, pero nada podían hacer para calmar a la ofendida diosa. Tuvieron que alejarse de Psique mientras ella esperaba temerosa en la cumbre de la montaña a que llegara el monstruo.
Psique tenía el cuerpo tenso, dispuesto a sufrir un ataque, pero en lugar de eso una brisa suave meció sus vestiduras hasta elevar a la joven en el aire, y después la condujo suavemente hasta el pie de la montaña. Allí Psique vio un palacio magnífico, y le pareció tan espléndido que dedujo al instante que pertenecía a alguno de los dioses. El palacio parecía vacío, pero ella alcanzaba a oír voces tenues y gentiles, manos invisibles que le servían comida y bebida, y tocaban música dulce en su honor. No había ni rastro de ningún monstruo, y Psique se acostó preguntándose quién sería su esposo. En mitad de la noche alguien la despertó -una persona, no un monstruo- al tenderse a su lado. Era su esposo, pero ella no podía verle en la oscuridad. Él se marchó antes del amanecer, y todas las noches regresaba a su cama para volver ausentarse antes del alba. Psique empezaba a enamorarse de alguien a quien nunca había visto.
Zinez, asko daukagu ikasteko Belgradoko ikasleengandik. Duela hamar bat egun ikusi nuen lehen argazkia egunkarian. Moztu eta mahai aurreko kortxoan itsateko modukoa zen: ikasle gazte batek Lucky Strike zigarro bat eskaintzen zion antidisturbioetako lehen lerroan zegoen poliziari. Poliziak, erromatarrak filmetan bezain ongi akorazaturik egon arren, aurpegia agerian zuen. Haren kaskoak gehiago ematen zuen meatzariarena poliziarena baino. Antidisturbioetakoak irribarre egiten zuen. Horretxek eman zidan atentzioa lehenbizi: antidisturbioak irribarre egiten zuen. Antidisturbio eta irribarre hitz kontrajarriak zirela uste izan dut beti.
Ez zen ordea hor bukatu kontua. Joan zen astean, beste argazki bat aurkitu nuen egunkarian, aurrekoaren moduko zuri-beltzezko erradiografia. Oraingoan, antidisturbio lerroaren aurrean neska bat zeoen, ikaslea hau ere, eta gailetatxo bat eskaintzen zion poliziari, parke zoologiko batean balego bezala. Oraingoan ere, antidisturbioak irribarre egiten zuen. Lehen argazkia nahiz bigarrena ikustean, zalantza berarekin geratu nintzen: poliziek onartu ote zituzten kasleen zigarro eta gailetak? Artikuluak goitik behera irakurri banituen ere, ez zen bertan horrelakorik zehazten. Nik ez dakit zertan daukaten burua kazetariek azken aldi honetan. Xehetasunik garrantzitsuenak ahazten zaizkie beti.
Hirugarren argazkia duela hiruzpalau egun ikusi nuen. Hirugarren hau ere, aurreko biak bezalatsu, Belgradoko erdigunea zaintzen zuten antidisturbioko poliziak lehen lerroari ateratako argazkia zen, eta ikasleek, berriro ere, oposizioaren garaipena aldarrikatzeko asmoa zuten Milosevic presidentearen etxe aurrean. Hirugarren argazki honetan, ordea, ez zegoen itxuraz polizien eta ikasleen artean komunikaziorik. Aurreko biak ez bezala, gauez zegoen aterata. Bi ikasle, parez pare eserita, xake-jokoan ari ziren, beren zereginean buru-belarri itxuraz, xake taula plastikozko fruta kaxa baten gainean ezarrita zutela, antidisturbio lerroaren aurrean. Asko geratzen zaigu ikasteko Belgradoko ikasleengandik, pentsatu nuen berriro.
Oraingoan ordea, apur bat sinesgaiztuta, fotokopia-denda batera jo eta argazkia handitzeko eskatu nien, antidisturbioko lerroko polizien aurpegiak hobeki ikusteko. Anpliazioa aztertzean, nire susmoak baieztatu egi nituen. Polizia guztiek zuten irribarrea ezpainetan. Eta ez zen haien parean jokatzen ari ziren xake partidan matea emateko era aurkitu zutelako, haiek guztiak argizarizko maniki klonikoak zirelako baizik. Parisko pasareletatik merke-merke ekarriak. Manikiak kartara eta manikimenua. Prêt-à-porter, uste dut esaten zaiola horri.
Bartzelona hiri zoragarria da. Kalean zoazela banatzen dizkizuten propagandazko produktuak kontsumituz soilik biziraun daiteke bertan, ezer erosi beharrik gabe. Honako kale honetan promozio kanpainako aguakate zumo berria emango dizute, harako kale hartan zapore arrarodun opila dastaraziko dizute, diskoteka atarian diskrezio handiz Hugo Boss kolonia-toilatxoak eskainiko dizkizute, eta horiekin denekin kargatuta bueltauko zara etxera. Nola esan, Bartzelonan oinez zoazenean hegazkinean bazindoaz bezala sentitzen zara. Hori bai, noiz edo noiz, atxiloturen bat nabari da Poliziaren kotxe sirenadunetara sartzen, eskuburdinak jarrita: birziklaia enpresetara saltzeko asmoz hildakoen kristalezko begiak zerraldoetatik lapurtzen dituen eskaleren bat, gehienetan. Bankuetako kutxazain automatikoetan lo egiten dute neguan eskaleek. Hiri handi orotan bezala, era guztietako jendea aurki daiteke Bartzelonan. Inork ez die erreparatzen sex-shop-etako atarietan munduaren amaiera prekidatzen duten haiei. Argentinarrez beteta daude Bartzelonako pentsioak. Pentsioetako harreralekuetan inoiz ez zaizu egokituko pertsona bera bi aldiz. Pentsioetako harreragileak dira hara eta hona klandestinoki dabiltzan lehenengoak.
Bartzelona hiri zoragarria da. Printze urdinen hiria. Errege-familien ezkontzak ospatzeko hiririk egokiena da Bartzelona. Baina ez da dirudien bezain sumisoa. McDonald's ezberdinak zaintzen lau mila polizia eta lau mila segurtasun-guardia dauden arren, Bartzelonak badaki hiri errebeldea izaten ere. Parkeetako hormetan era guztietako proklamak irakur daitezke. Adibidez: bizitzea luxu bat denean okupatzea eskubide bat da. Edota: nahiago ditugu igelak printzeak baino. Edota beste hau: bilatzen dudan ez da maitasuna, konplizidade iraunkor bat baizik. Edo: hobe igel bakarra eskuan ezen ez ehundaka printze zeruan.
Baina Bartzelonara doan bisitariari atentzioa gehien ematen diona hiriaren izaera neurtua da. Eraikuntzen altuera kalkulatua eta doitua, kale koadrikulatuen arrazionaltasuna. Metroa ere, kolore anitzez seinalatua, hiri handi gehienetan ez bezala, hagitz erabilterraza da. Zaila da lurpeko katakunbetan galtzea. Bero egiten du metroan, hori bai. Infernuaren gertutasuna suma daiteke metalezko sareen tarteetatik orroka.Egia da Gaudiren arkitektura kurbatuak kontrastea egiten diela abenida perpendikularrei, baina arreta apur bat jartzea nahiko da dena ongi estudiatua eta ikertua dagoela ikusteko. Dena dago ongi pentsatutako osotasun baten zerbitzura. Den-dena bere lekuan.
Adibide bat nahikoa da hau ulertzeko. Pentsa, hain ongi dago dena pentsatua, ezen, zoologikoaren ondoan baitago parlamentua.
Bada dioenik hiri bakoitza giza gorputz baten gisakoa dela, bere belaun, buru, beso eta heroinaz zulaturiko zainekin. Batzuetan, hiriak bere kabuz altxatu eta galtzetako hautsa astindu ondoren gugandik ihes egingo balu bezala da, bakardaderik saminenean uzten gaitu, umezurtz edo aberrizurtz, edo gutxienez hirizurtz. Baina beste batzuetan ez da hiria bere kabuz mugitzen dena: norbaitek bortxaz mugiarazten du. Bagdad dugu adibiderik garbiena. Golkoko gerra izan zen garaian erabat txikitu zuten hiria. Baina amerikarrak ez dira batere memeloak, ez horixe. Benetako Bagdad hura desegiten zuten bitartean, gauaren babesean eta Bagdadetik kilometro gutxira, basamortuaren erdian Bagdad hiriaren bixki bat eraiki zuten CIAko arkitekto klandestinoek, aurrekoaren iguala izango zen hiri bat, tunika koloreko merkatu berberak izanen zituena: Bagdad orijinalaren ADNa hartu eta kopia perfektua egin zuten. Portlandetik ekarri zuten mezkitak egiteko porlana, eta Babeleko bibliotekatik marfilezko teilak. Klonazio humanoak egiten diren bezala egin daitezke hiri bixkiak edo hiri klonatuak ere. Mezkita txikitu bakoitzeko bazen mezkita berri bat hiri berrian, dorre eta kupula kixkali bakoitzeko beste hainbat dorre eta kupula. Horrela, Bagdad orijinala txikitzen zuten bitartean, mundu guztia irudiz hornitzen zuen CNN telebista hiri bixkira bidaltzen zuten normaltasunaren isla heda zezan: Saudi Arabiatik eta areago, Marokotik ekarritako extra turbantedunak ageri ziren irribarretsu Bagdad faltsuan ogia erosten. Eta haurrak kromoetara jolasten Bagdadeko merkatuko plazan. CNN telebistak maisuki eman zituen Bagdad faltsu hartako irudiak. Irakiarrak zein gaiztoak ziren ere erakutsi zuen CNN kate amerikarrak, Pertsiar Golkora Sadamek bota bide zituen milioika petrolio upelak erakutsiz: petroliozko betun lodi hark ahate koitaduak itotzen zituen, Mekarantz mokoa okerraraziz beren agonian. Geroago jakingo genuen hondartza kutsatuak erakusten zituzten irudi haiek ez zirela Pertsiar Golkokoak izatez, Alaskan -Alaskan, bai- urte batzuk lehenago izandako petroliontzi amerikar baten hondoratzean hartutakoak baizik. Chapeau, Hollywood.
Irakiarren aurkako erasoak berritu diren honetan, ordea, ez dago zertan kezkatu: oraindik Bagdad orijinala konpontzen ari direnez, emakume aktoreen izenak tatuaturik dituzten amerikarren Tomahawk misilak Bagdad hiriaren bixkia baino ez dira txikitzen ari, eta ez orijinala. Ezer ez dela hasieran ematen duena ispilu joko honetan. Eta Bagdadek hiri bixki bat duela deskubritu badugu, nire kabutarako nago, gu ere ez ote garen gurea ez den hiri batean bizi, ez ote gaituzten kartoizko eszenatoki berri batera lekualdatzen gauean, gurpildun ohatiletan jarrita, lo gauden bitartean. Denok erruklutatzen gaituzte azkenean fartsaren casting-erako.
Eraiki eta txikitu, eraiki eta txikitu, hiru urteko umeak bere mekano-jokoarekin egiten duen bezala. Ez zaio arazoirik falta hiri bakoitza bere belaun, buru, beso eta heroina zulatutako zainekin, giza gorputz baten gisakoa dela dioenari. Eraiki eta txikitu, hori da gure bihotzaren erritmoa ere, eraiki eta txikitu, sistolea eta diastolea. Bagdad bezala, hiri bakoitza heriotzara kondenaturiko gizaki bat da akaso, eta hiri guztiek dute heriotzara kondenaturik daudenen itxaropen nagi berbera: batzuetan, gobernadoreak deitzen du kartzelara gauerdian, azke unean. Eta indultatu egiten gaitu.