•10:41 AM
Cuchulainn significa el perro de Culann, pero su primer nombre fue Setanta (el progreso). Es el héroe más famoso de Irlanda.
Este hombre poco común tuvo tres padres, muy importantes. El más conocido fue el dios Lug, el segundo fue Conchobar el terrestre y el tercero, Aimergin el druida, representante espiritual en cierto modo.
Este héroe ardiente y lleno de energía hacía hervir el agua fría de su baño en cuanto penetraba en ella. También fundía la nieve a mucha distancia de donde se encontraba.
Scathach le enseñó el arte del combate y la druidesa Dordmair le inició en el verdadero conocimiento. Puesto que, además, estaba dotado de esta extraordinaria herencia, podemos decir que merecía su reputación.
Siendo todavía un niño, un día se encontró en su camino con un perro terrible, al que mató sólo con la fuerza de sus manos. Recogió el cuerpo del animal y llamó a la puerta del herrero Culann, en cuya casa se hallaba casualmente el rey Conchobar. Desalentado, Setanta propuso ocupar el lugar del perro junto a su amo, ya que era un valioso auxiliar para Culann. Desde entonces, Setanta se convirtió en Cuchulainn.
Toda su vida estuvo llena de hazañas, combates magníficos y victoriosos. Su valor suscitaba envidias y los enemigos se hicieron más acuciantes. Las tres hijas de Calatin, druidesas brujas, echaron un maleficio a Cuchulainn que le atrofió el hombro y una mano. Además, había perdido el apoyo de la druidesa Morrigan, despechada por el rechazo del héroe. A pesar de todas estas dificultades, él solo consiguió repeler los ejércitos de Medb, pero sus aliados llegaron demasiado tarde. Atacado por todos los flancos, Cuchulainn recibió una herida en el viente y ni siquiera Lug, su padre, pudo sanarle. Al verse acorralado, se ató a una roca con objeto de permanecer de pie para combatir hasta el fin. Cuando murió, Morrigan, bajo la apariencia de una corneja, se posó en su hombro y los enemigos lo descuartizaron y diseminaron sus trozos sobre la tierra. Su hermano, Conall, logró encontrar los trozos y el héroe se convirtió entonces en mártir de Irlanda.
Las proezas del héroe Cuchulainn inspiraron en gran medida la epopeya artúrica... Pero la leyenda de Osiris también se le asemeja mucho.
Este hombre poco común tuvo tres padres, muy importantes. El más conocido fue el dios Lug, el segundo fue Conchobar el terrestre y el tercero, Aimergin el druida, representante espiritual en cierto modo.
Este héroe ardiente y lleno de energía hacía hervir el agua fría de su baño en cuanto penetraba en ella. También fundía la nieve a mucha distancia de donde se encontraba.
Scathach le enseñó el arte del combate y la druidesa Dordmair le inició en el verdadero conocimiento. Puesto que, además, estaba dotado de esta extraordinaria herencia, podemos decir que merecía su reputación.
Siendo todavía un niño, un día se encontró en su camino con un perro terrible, al que mató sólo con la fuerza de sus manos. Recogió el cuerpo del animal y llamó a la puerta del herrero Culann, en cuya casa se hallaba casualmente el rey Conchobar. Desalentado, Setanta propuso ocupar el lugar del perro junto a su amo, ya que era un valioso auxiliar para Culann. Desde entonces, Setanta se convirtió en Cuchulainn.
Toda su vida estuvo llena de hazañas, combates magníficos y victoriosos. Su valor suscitaba envidias y los enemigos se hicieron más acuciantes. Las tres hijas de Calatin, druidesas brujas, echaron un maleficio a Cuchulainn que le atrofió el hombro y una mano. Además, había perdido el apoyo de la druidesa Morrigan, despechada por el rechazo del héroe. A pesar de todas estas dificultades, él solo consiguió repeler los ejércitos de Medb, pero sus aliados llegaron demasiado tarde. Atacado por todos los flancos, Cuchulainn recibió una herida en el viente y ni siquiera Lug, su padre, pudo sanarle. Al verse acorralado, se ató a una roca con objeto de permanecer de pie para combatir hasta el fin. Cuando murió, Morrigan, bajo la apariencia de una corneja, se posó en su hombro y los enemigos lo descuartizaron y diseminaron sus trozos sobre la tierra. Su hermano, Conall, logró encontrar los trozos y el héroe se convirtió entonces en mártir de Irlanda.
Las proezas del héroe Cuchulainn inspiraron en gran medida la epopeya artúrica... Pero la leyenda de Osiris también se le asemeja mucho.
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