Author: Xabi Otero
•11:21 AM
Hace mucho que no escribo aquí. La verdad es que no tengo mucho tiempo disponible, pero no quiero dejar este blog completamente abandonado. Por lo tanto, voy a hacer una nueva reflexión sobre las excursiones desde el punto de vista del aprendizaje.

Las excursiones o salidas didácticas (ciertamente este último nombre queda mucho mejor) han sido propuestas en el colegio desde hace unos cuantos años. Recuerdo cuando era pequeño y era el día que todos esperábamos para poder jugar todos por un sitio que no conocíamos.

Así ha sido siempre y los lugares de visita en todos los colegios venían a ser los mismos, a veces visitando un pueblo diferente, u otro monte... pero a fin de cuentas, lo mismo.

Sin embargo, estudiar magisterio me ha hecho reflexionar acerca de esas salidas que realizábamos en nuestra infancia. Realmente, no recuerdo ninguna que tuviera relación con alguna cosa que estábamos analizando entonces en clase. Tampoco recuerdo que las visitas a los museos estuvieran precedidas de una clase dedicada a situarnos un poco en aquello que íbamos a visitar. Si esto es así, ¿qué función cumplen las salidas didácticas? ¿Distraer a los alumnos? No digo que no sea bueno llevarlos al monte, pero considero que con sus familias o amigos podrían hacer lo mismo.

Por tanto, he aquí mi opinión: una salida didáctica debe ir precedida SIEMPRE por una clase orientativa, de cara a que los alumnos no estén completamente perdidos cuando reciban información el lugar visitado. Segundo, es clave que la salida didáctica tenga relación con algún tema que se está dando en alguna asignatura: podría ser una buena forma de que los discentes aprendieran nuevos datos o de visualizar los que ya saben de otra manera. Todo esto requiere mucha labor por parte del profesorado, lo cual resulta paradójicamente muy complicado.

Sin embargo, puedo asegurar que los resultados son muy prósperos. Sin ir más lejos, las 3 excursiones que he tenido el placer de realizar en geografía han sido increíblemente útiles para entender las asignaturas en cuestión (máxime cuando son muy abstractas). En los 3 casos, he adquirido nuevos conocimientos, he visualizado otros que me habían explicado en clase y por si esto fuera poco, mi motivación hacia dichas asignaturas ha aumentado considerablemente.

El problema es que estas excursiones son más difíciles de trasladar a un colegio, donde el tiempo es muy limitado, debes consultar a los padres, hablar con el profesorado... Pero, ¿acaso no merece la pena?

p.d. Espero que algunos hayáis podido vivir salidas didácticas que realmente fueran didácticas. Si es así, estaré encantado de leerlas.
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2 comentarios:

On June 1, 2010 at 12:40 PM , Cristian M.C. said...

Creo que hoy en día eso ha cambiado. A mí me llevaron a mil museos y parajes naturales pero nunca fue precedido de una explicación ni me pidieron después trabajillos. Todo depende también de las ganas de trabajar del profesor, como siempre!!

Hablando de excursiones... Hasta octubre se expone en Madrid el tesoro de la tumba de Tutankhamón!! Quiero ir!! XD

 
On June 1, 2010 at 3:51 PM , Unknown said...

Estoy deacuerdo con tu reflexion. la verdad nunca lo habia planteado lo de las salidad de los colegios, porque es verdad...la mayoria de las salidad que se realizan no tienen nada que ver las materias en cuestion. aun asi, hay ciertas materias que si que te llevan a salidas para aprender o ver cosas (yo por ejemplo en biologia, historia, frances,...) y ayuda un monton.

yo en historia por ejemplo he tenido todos los años salidas a burgos, silos, san juan de la peña, leire, calahorra, Arellanos, Cantabria,... vamos que muchas de las cosas que estaban estudiando las hemos ido a ver, teniendo la posibilidad de movernos unos cuentos km para ello.

deberian de reemplantear esas cosas los colegios