Los gemelos Agamedes y Trofonio construyeron un umbral para el templo de Delfos. Apolo estaba muy satisfecho con el trabajo y su oráculo le dijo a los hermanos que debían vivir la vida intensamente a lo largo de la semana siguiente. De hacerlo, al séptimo día se les concedería aquello que más desearan. La sexta noche apenas lograron conciliar el sueño por la excitación, pero finalmente se quedaron dormidos y por la mañana siguiente los encontraron muertos en la cama.
El mismo presente les fue concedido a Cleobis y Bitón, hijos de la sacerdotisa de Hera en Argos. En uno de los rituales de Hera participaba un carro tirado por bueyes blancos. Llegó el día del festival y los bueyes habían desaparecido. Cleobis y Bitón tiraron del carro, con gran esfuerzo, hasta dejarlo próximo al templo. La sacerdotisa rogó para que Hera concediera a aquellos responsables y sacrificados jóvenes el mejor regalo que los dioses pudieran ofrecer a los mortales. Por la mañana siguiente los encontraron sin vida.
Los dioses griegos creían que la muerte era lo mejor que podía ocurrirles a los mortales, porque les liberaba de la vida humana, llena de sufrimiento.
El mismo presente les fue concedido a Cleobis y Bitón, hijos de la sacerdotisa de Hera en Argos. En uno de los rituales de Hera participaba un carro tirado por bueyes blancos. Llegó el día del festival y los bueyes habían desaparecido. Cleobis y Bitón tiraron del carro, con gran esfuerzo, hasta dejarlo próximo al templo. La sacerdotisa rogó para que Hera concediera a aquellos responsables y sacrificados jóvenes el mejor regalo que los dioses pudieran ofrecer a los mortales. Por la mañana siguiente los encontraron sin vida.
Los dioses griegos creían que la muerte era lo mejor que podía ocurrirles a los mortales, porque les liberaba de la vida humana, llena de sufrimiento.
2 comentarios:
Me encanta esta cita estuve traduciendola en la clase de griego del año pasado, :D
Un texto muy interesante, sin duda ;)