Hoy voy a analizar el último libro que he leído. No es ningún tipo de novela, ni mucho menos. Se trata de un libro que da unas pinceladas generales sobre temas de actualidad con el objetivo de poder entender algo mejor las noticias de hoy en día.
Los temas tratados son muy interesantes y la información escogida es indudablemente atractiva. De hecho, muchos temas que aparecen en ese libro los he copiado en este blog (dinero negro, infancia, razas...), ya que son textos realmente enriquecedores.
Si hay algo que pueda objetar es que en muchos casos, la información reflejada está muy influenciada por la organización que participa en su publicación, ideológicamente hablando. Pero aun así, algunos datos ofrecidos son muy aprovechables, por lo que recomiendo claramente su lectura.
La taxonomía moderna ha establecido los criterios con que una ciencia ordena la inmensa variedad de grupos de individuos que existen en la naturaleza: un vocabulario de reinos, familias, grupos, géneros y especies que permiten hacernos una idea de los parentescos y diferencias que existen entre cada categoría de seres vivos. Dentro del superreino de los eucariotas, está la clase de los mamíferos, a la que pertenece la familia de los homínidos, de la que forma parte el género Homo, del que nuestra especia, el Homo sapiens, es el último representante.
En el caso del ser humano, las subdivisiones no acaban aquí: no hay subespecies ni razas ni ningún otro grado de segmentación, lo cual no significa que todos los seres humanos seamos iguales, ni tengamos la misma herencia genética. Es evidente que existen diferencias entre muchas de estas diferencias, como el color de la piel, el tipo de pelo o la forma de la nariz, son comunes a los habitantes de zonas geográficas concretas, mientras que en otros lugares estas mismas características son muy raras o inexistentes. Basándose en estas observaciones tan manifiestas, y con la obsesiva necesidad de entender y clasificar todo lo que caracteriza a nuestra especie, hemos dado diversos nombres a los grupos, etnias y pueblos con los que hemos tenido contacto a lo largo de los siglos. Estos grupos que más o menos hemos ido identificando han recibido el nombre de razas, y cada cultura y cada época ha hecho su propio listado que, curiosamente, nunca coincide con el listado que elaboran los de al lado.
Una raza, pues, sería un grupo de individuos que podemos reconocer porque biológicamente son distintos a los demás. Un europeo y un africano poseen diferencias genéticas que hacen que los distingamos fácilmente; ahora bien, entre un africano de Etiopía y otro de Nigeria las diferencias también son evidentes, e incluso hallaremos diferencias genéticas entre los habitantes de dos pueblos vecinos del Pirineo. ¿Dónde ponemos, pues, el límite entre una raza y otra? ¿Y cuáles de los rasgos que definen a una persona debemos usar para determinar a qué raza pertenece?
El conjunto de estos caracteres visibles que cada individuo presenta se llama fenotipo y son el efecto de la combinación de sus genes y el entorno. Algunos, como el color de la piel, responden a factores climáticos: la piel negra impide inflamaciones cutáneas y tumores provocados por los rayos ultravioletas del Sol, y es muy útil en regiones donde la exposición al Sol es muy alta; por el contrario, una piel blanca (con menos melanina) es ideal para convertir estos rayos en vitamina D, y por tanto es más adecuada en poblaciones que, como la europea, viven en zonas con menos exposició solar y con una alimentación basada en cereales pobres en esta vitamina. El pelo rizado, típico de zonas muy cálidas, dificulta la evaporación del sudor, que tiene la función de enfriar el cuerpo. Una nariz pequeña, común en poblaciones de zonas frías, evita la congelación y hace que el aire llegue más despacio a los pulmones y tenga más tiempo para humedecerse y calentarse circulando por las fosas nasales. Estas y muchas otras diferencias entre poblaciones, fruto de la adaptación genética del ser humano a todos los hábitats de la Tierra, se unen a otros cambios que tienen un origen más cultural: los ojos pequeños, adaptados en principio para combatir el frío, han llegado a ser bonitos en muchas culturas y se han extendido hacia el sur hasta el punto de que este rasgo ha pasado de las estepas asiáticas a los aborígenes australianos que, en principio, no necesitarían este tipo de ventaja contra el frío. Hay casos, para terminar, en los que no está clara la frontera entre las diferencias culturales y las medioambientales, y en los últimos siglos, en los que las poblaciones se han movido y mezclado más que nunca, muchos de estos rasgos se han fidunfifo aleatoriamente hasta el punto de no darse allí donde son más efectivos para adaptarseal clima.
Hoy nos trasladamos a otra zona muy importante para mí: Irlanda. Y es que este país es uno de los mayores exportadores de música en el mundo y tiene una gran fama por realizar canciones de calidad. Hoy nos vamos a trasladar al pasado y poner en este blog la que es una de las canciones clásicas del folk irlandés. Ha habido numerosas versiones de todo tipo (a mí personalmente me encanta la de Dropkick Murphys), pero voy a dejaros con la original. Personalmente, la música irlandesa me encanta, así que seguramente caigan más temas de este país.
By a lonely prison wall, I heard a young girl call: "Michael, they have taken you away, For you stole Trevelyn's corn, So the young might see the morn. Now a prison ship lies waiting in the bay."
Low lie the fields of Athenry Where once we watched the small free birds fly Our love was on the wing We had dreams and songs to sing It's so lonely round the fields of Athenry.
By a lonely prison wall, I heard a young man call "Nothing matters, Mary, when you're free Against the famine and the crown, I rebelled, they cut me down. Now you must raise our child with dignity."
Low lie the fields of Athenry Where once we watched the small free birds fly Our love was on the wing We had dreams and songs to sing It's so lonely round the fields of Athenry.
By a lonely harbor wall, She watched the last star fall As the prison ship sailed out against the sky For she lived to hope and pray For her love in Botany Bay It's so lonely round the fields of Athenry.
Low lie the fields of Athenry Where once we watched the small free birds fly Our love was on the wing We had dreams and songs to sing It's so lonely round the fields of Athenry.
Los geólogos sitúan el origen de la Tierra hace 4500 millones de años. Para entender qué representa todo ese tiempo, vamos a comprimirlo en un año. A esa escala, las rocas más antiguas que conocemos tienen fecha de mediados de marzo. Los seres vivos aparecieron en el mar por primera vez en mayo. Las plantas y los animales terrestres emergieron a finales de noviembre y las amplias ciénagas que formaron los depósitos de carbón florecieron aproximadamente durante 4 días a principios de diciembre. Los dinosaurios dominaron la Tierra a mediados de diciembre, pero desaparecieron el día 26, más o menos a la vez a la vez que se levantaron por primera vez las Montañas Rocosas. Criaturas de aspecto humano aparecieron en algún momento de la tarde del 31 de diciembre y los casquetes polares más recientes empezaron a retroceder desde el área de los Grandes Lagos y el norte de Europa alrededor de 1 minuto y 15 segundos antes de la medianoche del 31. Roma gobernó el mundo occidental durante 5 segundos, desde 11 h. 59 min. 45 seg. hasta las 11 h. 59 min. 50 seg. Colón descubrió América 3 segundos antes de medianoche, y la ciencia de la Geología nació con los escritos de James Hutton pasado un poco el último segundo del final de nuestro memorable año.
Los escritos sobre temas como los fósiles, los terremotos y los volcanes se remontan a los griegos, hace más de 2300 años. Sin duda, el filósofo griego más influyente fue Aristóteles. Por desgracia, las explicaciones de Aristóteles sobre la naturaleza del mundo no se basaron en observaciones y experimentos sagaces. Antes bien, fueron opiniones arbitrarias. Aristóteles creía que las rocas habían sido creadas bajo la influencia de las estrellas y que los terremotos se producían cuando el aire entraba con fuerza en la tierra,se calentaba por los fuegos centrales y escapaba de manera explosiva. Cuando se enfrentaba a un pez fósil, explicaba que "muchos peces vivían en la tierra inmóviles y se encuentran cuando se excava".
El problema es que esta teoría, si bien era adecuada para su época, se la siguió aceptando durante muchos siglos, impidiendo así la elaboración de explicaciones más racionales. Frank D. Adams afirma que a lo largo de la Edad Media Aristóteles fue considerado el primer filósofo, aquél cuya opinión sobre cualquier tema era la definitiva y la más autorizada.
A medidados del siglo XVI, James Ussher, arzobispo anglicano de Armagh (Irlanda), publicó un trabajo que tuvo influencias inmediatas y profundas. Afamado estudioso de la Biblia, Ussher construyó una cronología de la historia humana y de la Tierra en la que determinó que la Tierra tenía tan solo unos pocos miles de años, ya que había sido creada en el 4004 a.C. El tratado de Ussher consiguió aceptación generalizada entre los líderes científicos y religiosos de Europa, y su cronología acabó impresa en los márgenes de la misma Biblia. Durante los siglos XVII y XVIII, la doctrina del catastrofismo influyó con gran fuerza en el pensamiento sobre la dinámica de la Tierra. Dicho brevemente, los catastrofistas creían que los paisajes de la Tierra habían sido formados inicialmente por grandes catástrofes. Por ejemplo, las montañas o los cañones, cuya formación hoy sabemos que requiere mucho tiempo, se explicaban como si fueran el resultado de desastres súbitos y a menudo a escala planetaria, producidos por causas desconocidas que ya no actúan. Esta filosofía pretendía encajar la velocidad de los procesos terrestres con las ideas entonces reinantes sobre la antigüedad de la Tierra (los grandes y evidentes cambios debían concentrarse en unos pocos milenios, por lo que la filosofía aceptada debía comprender los cambios como súbitos y violentos).
"Hiri ezezagunera iritsitakoan interesgarriagoa da kafe bat hartuz ondoko mahaian dauden hiritarren istorioak entzutea, gida ofizialeko historia buruz ikastea baino. Aberasgarriagoa, pertsona bakarraren esperientzia ezagutzea hamaika gidariren betiko leloa entzutea baino. Hiritarrak garrantzitsuagoak dira hirian eraikuntzak baino. Entzunez gehiago ikas liteke hiriaz, erretratuen bidez baino."
Hacía mucho que no ponía algo de mi tierra y creo que va siendo hora. Aquí os dejo con uno de los estilos más exitosos en Euskal Herria, el ska (si bien es cierto que Betagarri sólo lo mantiene en una pequeña porción). Esta es mi canción preferida de ellos, por los grandes trabalenguas del estribillo y porque la letra me dice mucho. La canción está en directo, pero es un grupo que gana en vivo, así que mejor.
Hainbat gauza berezi ba dira Euskal Herrian, hauxe da zorionez daukagun aberria. Leku guztietan bezala hemen be miseriak, baina guzti hoien gainetik gauza miresgarriak.
Gure arbasoek utzita gure hizkuntza maitea, ez al dugu ba euskara guztiz maiterazlea? baina berezi berezi, oro maitagarriak, inon aurkitzen ez diren Euskal Herriko neskak!
Gizakiak izatea, izatean zailtasuna Hara horra! Harro gara! erre arren erro zaharra! Emakume, ni, zu, kume, eman xume isiltasuna! Beti beteta, beti bi, beti botere botata!
Pertsonen duintasunan guda honen garaipena, ez da inoiz bide zuzena dagoen luzeena. Ez da inongo bakerik, guda da nahi dutena, egin dezala bakoitzak egin behar duena
Noizbaiten izan bada nunbaiten zerbait gurea, gure eskubide ez al da gurea dena hartzea? altza gaitezen orduan borroka berdinean, arra / emea baino hobeto gizona / emakumea.
Los gemelos Agamedes y Trofonio construyeron un umbral para el templo de Delfos. Apolo estaba muy satisfecho con el trabajo y su oráculo le dijo a los hermanos que debían vivir la vida intensamente a lo largo de la semana siguiente. De hacerlo, al séptimo día se les concedería aquello que más desearan. La sexta noche apenas lograron conciliar el sueño por la excitación, pero finalmente se quedaron dormidos y por la mañana siguiente los encontraron muertos en la cama.
El mismo presente les fue concedido a Cleobis y Bitón, hijos de la sacerdotisa de Hera en Argos. En uno de los rituales de Hera participaba un carro tirado por bueyes blancos. Llegó el día del festival y los bueyes habían desaparecido. Cleobis y Bitón tiraron del carro, con gran esfuerzo, hasta dejarlo próximo al templo. La sacerdotisa rogó para que Hera concediera a aquellos responsables y sacrificados jóvenes el mejor regalo que los dioses pudieran ofrecer a los mortales. Por la mañana siguiente los encontraron sin vida.
Los dioses griegos creían que la muerte era lo mejor que podía ocurrirles a los mortales, porque les liberaba de la vida humana, llena de sufrimiento.
Hace 220 millones de años, al mismo tiempo que los dinosaurios, apareció en Asia meridional un reptil que tenía la característica de estar protegido por un caparazón: la tortuga.
De las primeras tortugas salieron todas las especies actuales, que han evolucionado para adaptarse a buena parte de los climas y ecosistemas del planeta e incluso, desde hace unos 80 millones de años, al mar. Desde entonces, cuando una hembra de tortuga marina ha sido fecundada busca una playa tranquila, se adentra en ella hasta llegar más allá de la marea, hace un agujero y entierra en él entre 50 y 100 huevos. Al cabo de un par de meses, cuando todas las tortugas están bien formadas -se esperan unas a otras para salir todas de golpe-, una noche rompen el cascarón del huevo al mismo tiempo y empiezan a correr hacia el mar. Nadie les ha enseñado cómo deben hacerlo, pero saben perfectamente que la playa está llena de peligros y que hasta que no lleguen al agua estarán a salvo. Las que lleguen allí tendrán que empezar a comer frenéticamente y crecer todo lo que puedan para no ser presa fácil de un depredador. La madre las ha abandonado cuando ha puesto los huevos y no la verán nunca más. Nacen, pues, sabiendo todo lo que deben saber: la única diferencia con una tortuga adulta es el tamaño y la experiencia.
Mucho más tarde, hace poco más de 100.000 años, apareció en África la única especie del género Homo que ha sobrevivido hasta hoy: nosotros, el Homo sapiens. A diferencia de las tortugas marinas, nuestras crías necesitan años para ser autosuficientes y, si las dejáramos un solo día sin protección y alimento, probablemente morirían. Esta indefensión, no obstante, es necesaria para la formación de nuestro cerebro. Nacemos sin saber casi nada y tenemos que aprenderlo todo, absolutamente todo. No sabemos andar, ni buscar alimento, ni defendernos. Pero poseemos un cerebro muy plástico capaz de adquirir conocimientos y de hacer nuevas conexiones de neuronas cada día. Muchos otros seres vivos tienen la capacidad de aprender lo que nos rodea, de hacer asociaciones entre estímulos y respuestas y de usar su experiencia para no cometer los mismos errores y repetir las cosas buenas que aprenden, pero el cerebro humano es, de lejos, el que cuenta con más capacidad cognitiva. El precio que debemos pagar por tener este cerebro es que durante los primeros años de nuestra vida no nos valemos demasiado por nosotros mismos, necesitamos de los adultos para conseguir alimento, vivienda o protección y dedicamos buena parte del tiempo a aprender a vivir y a relacionarnos. A esta época la llamamos infancia.
No hay documentos exactos de cuándo empezó la esclavitud, pero es probable que la dominación de un individuo sobre los demás sea tan antigua como nuestra especie. En Sumer, Mesopotamia, el sistema esclavista ya está bien documentado en el año 2000 a.C., cuando todos los esclavos llevaban una anilla en la nariz que denotaba su condición de propiedad de otro ser humano, la misma anilla que llevaban los bueyes. Muchas otras sociedades antiguas practicaban la esclavitud, pero fue con la llegada ed sociedades con grandes extensiones de cultivos, como las polis griegas y sobre todo Roma, cuando la esclavitud tuvo razones económicas para crecer. Roma era claramente una sociedad esclavista, es decir, una sociedad donde los principales productores eran los esclavos. En el siglo II d.C., en Roma había una veintena de esclavos por ciudadano, una de las cifras más altas de la Antigüedad. Más tarde la proporción descendió, aunque en Europa no dejó de existir la esclavitud ni durante la Antigüedad tardía ni durante la Edad MEdia.
Pero no sólo en Europa hubo esclavitud. En el siglo XVIII se calcula que había entre 200.000 y 300.000 esclavos cristiano en los puertos del Magreb, muchos de los cuales estaban bajo control turco.
Aun así, estas cifras se quedan pequeñas cuando las comparamos con las de la colonización americana por parte de las potencias europeas. Durante 400 años,de 12 a 15 millones de personas cruzaron el Atlántico a la fuerza embutidos en las bodegas de los barcos esclavistas para pasar de África a América en uno de los desplazamientos humanos más importantes de la historia. Eran comprados a caudillos locales y traficantes europeos a cambio de lana, cobre, pólvora, piedrecitas de vidrio y productos defectuosos imposibles de vender en Europa. Después de cruzar a pie parte del contienente hasta las costas del golfo de Guinea eran embarcados en bodegas y transportados a América. Las condiciones a bordo eran tan malas (mala alimentación, hacinamiento, pérdida de esperanzas, etcétera) que 1,5 millones de esclavos murieron durante la travesía.
Una vez en América eran vendidos o intercambiados por productos coloniales, como el algodón, el azúcar o el café, que llevaban a Europa par ser vendidos y terminar el ciclo de lo que se conoce como comercio triangular.
Todos sabemos lo que es el dinero negro y las repercusiones que tiene en la economía. Y ahora vamos a explicar un poquito la historia de este dinero negro, de donde se ha derivado una expresión que veremos más adelante.
El dinero negro proviene de uno de los sectores especializados en este tipo de economía: la mafia. El crimen organizado trabaja, naturalmente, en la economía sumergida e históricamente nunca se había preocupado por dar una apariencia legal a sus ingresos. Pero en el año 1931, la justicia estadounidense consiguió mandar a la cárcel a Al Capone, uno de los gánsteres más importantes de la época, gracias a sus libros de contabilidad. El fiscal pudo demostrar que Capone gastaba más dinero del que ganaba con sus empresas legales y que,por tanto, estaba defraudando a Hacienda. A partir de este juicio, la mafia de Estados Unidos se preocupó de dar una apariencia legal a los ingresos procedentes del crimen. Lucky Luciano, uno de los sucesores de Capone, tuvo la idea de montar una red de lavanderías que funcionaban introduciendo monedas en las máquinas de lavar; con este sistema, sin recibos ni facturas, era muy difícil controlar las ganancias de la empresa, y la mafia aprovechó para introducir grandes cantidades de dinero negro en las cuentas de resultados. Las máquinas, pues, lavaban más dinero que ropa, y desde entonces la expresión blanqueo de dinero ha quedado fijada.
Para acabar, veremos la expresión blanquear dinero en francés y en inglés. En el primero, se utiliza el término blanchir, que viene de la palabra blanc, que significa blanco (por tanto, se usa de la misma manera que en castellano); en inglés, se usa el verbo to launder, que proviene de la palabra laundry, que significa lavandería, lo cual corrobora la historia que he puesto anteriormente.
El oráculo de Apolo en Delfos fue el más grande de los oráculos griegos, y sus edificios todavía pueden visitarse en el monte Parnaso. Estas edificaciones son las últimas de una serie de templos, cada uno de los cuales reemplazaba al anterior, destruido en un terremoto. Una roca de dimensiones gigantescas permanece todavía hoy en el templo y se la conoce como la piedra Onfale (Ónfalos), el ombligo del mundo. Según algunas versiones del mito, Apolo estableció el oráculo en Delfos, pero su enfrentamiento con la serpiente gigante Pitón en el Parnaso se ha interpretado también como un relato alegórico de la raza invasora de griegos dóricos que conquistaron el oráculo pitio, más antiguo, y reemplazaron su deidad femenina por una figura masculina del Olimpo.
Quienes oían la voz del dios eran siempre figuras femeninas, y todas ellas se llamaban pitias. Algunos relatos (más o menos) históricos eran anodinos, pues retrataban a la pitia del momento comportándose como una profesional, trasmitiendo con suma templanza el mensaje del dios. Más excitantes son aquellos relatos que describen a las pitias sentadas en un trípode sobre la fisura de una roca o una cueva, o bien una brecha en el suelo dentro del templo, donde mascaban hojas de laurel e inhalaban gases volcánicos procedentes del monte Parnaso. En estas versiones, la pitia transmitía en estado de trance las palabras que le dictaba el dios, que brotaban de ella como un balbuceo incoherente, y era tarea del sacerdote interpretar y transmitir el mensaje. Hoy no existe rastro de una cueva de la que emanen gases volcánicos en las laderas del monte Parnaso, pero es una región geológicamente activa de Grecia y no es imposible que una cueva así existiera en aquel timempo, y que hubiera quedado destruida en alguno de los terremotos que han sacudido la zona.
Mientras que la pitia era exclusiva de Delfos, las sibilas eran profetisas transmisoras de la palabra de Apolo en muchos lugares del mundo, entre ellos Babilonia, Egipto y Libia. Apolo otorgó a la sibila de Cumae el don de una vida longeva, y ella le permitió ser su amante. Recogió un puñado de arena y pidió al dios que se le concediera tantos años de vida como granos tuviera en la mano. Sin embargo, al igual que el amante de Eos, Titono, olvidó pedir una larga juventud. La sibila fue marchitándose con los años hasta que fue tan diminuta que la guardaron en una botella. Allí se quedó, susurrando sin descanso cuánto anhelaba la muerte que el dios le había denegado.
Era habitual que los profetas fueran víctimas de descrédito, mofa o vilipendio por los mensajes que transmitían. El vidente ciego Tiresisas ofreció la ingrata verdad de los dioses a Edipo y Creón, y su sino fue no ser tenido en cuenta o ser acusado de conspiración, en lugar de ser respetado y creído. La vidente Casandra de Troya oyó decir a Apolo qué iba a ocurrirle a su ciudad y a ella misma en el futuro, pero su destino fue que nadie la creyera nunca. Los videntes dicen la verdad en los mitos griegos, pero sus palabras raramente encuentran un final feliz en el relato.
A menudo, un dios se aparecía directamente a un ser humano privilegiado y le hablaba con suma claridad, dándole consejos u órdenes, pero era más habitual que el dios se personalizara vestido de extraño, de conocido, de pariente o de amigo. Nadie podía estar del todo seguro, pues, de que un extraño fuera sólo un ser humano y no un dios con la intención de someterle a una prueba, y al consiguiente castigo en caso de fallar. La extrema amabilidad con los invitados en la mitología griega se deriva de esta constante por la cual cuando se maltrataba a un desconocido se podía estar maltratando a un dios.
Algunos de los dioses enviaban mensaje en sueños y se requería gran destreza para diferencias los sueños falsos de los que transmitían una verdad divina. Otros enviaban presagios en forma de aves. En ocasiones, se leían profecía sne las entrañas de los animales sacrificados; en otras, los videntes vaticinaban el futuro a partir de cuencos con agua. En Paros, el consejo profético de Hermes estaba contenido en las primeras palabras que el solicitante oyó mientras salía del mercado (un lugar apropiado para buscar la ayuda de Hermes, dios de los comerciantes). La ira de Zeus se manifestaba con condiciones meteorológicas adversas. Cuando estallaba una tormenta eléctrica, su descontento quedaba patente.
Nos volvemos a trasladar a Costa Rica, ya que este país tiene interesantes cosas que ofrecernos, en el caso de hoy, en el ámbito musical. José Capmany es un cantante de rock archiconocido en su país por ser uno de los primeros que introdujo el rock en el país. Hoy os traigo una de sus canciones más famosas, con una letra un tanto interesante y con una música muy bien elaborada.
Nos despedimos cuando el sol aun marcaba la mañana nos saludaban los pañuelos augurando el regreso navegamos desafiando al agua, entre el horizonte y la montaña
Pero yo nunca quise abordar el barco…no no no
Soy un soldado un instrumento de mi raza de mi tierra y como todos, tengo que luchar por mantener la idea de ir a un lugar que no existe a demoler el muro que resiste
Pero yo nunca quise abordar el barco…no no no
Que insignificante soy aquí. Un punto en la inmensidad. Y tan lejos de casa.
Al fin hundimos nuestros pies y manos en el suelo extraño la sensación de triunfo transmutándose en extrañeza. Algunos volvieron en el barco, otros nos fundimos con la tierra,
Pero yo nunca quise abordar el barco.
Nunca quise abordar el barco Nunca quise abordar yo nunca quise abordar el barco
Hoy tengo el placer de hacer una crítica sobre este libro, que he leído recientemente.
Lo primero que hay que decir es que no es de origen árabe 100 %. Su origen hay que ubicarlo en la India y Persia. Sin embargo, supongo que también tendrá sus influencias árabes en algún momento.
Dicho esto, también hay que mencionar que hay diferentes versiones de las mil y una noches, por lo que haber leído una versión u otra es muy diferente. Y cuando afirmo que es muy diferente es porque en 800 páginas puede que no coincida ningún cuento con el que tenga otra persona. Yo he de reconocer que me he leído sólo una versión, pero acabaré leyendo alguna otra, por la originalidad de este libro.
Lo que más me gusta de este libro es que haya una historia principal y a través de ella se vayan narrando diferentes cuentos. Lo mejor es que no se resuelve la historia principal hasta la última página. En cuanto a los cuentos, todos tienen historias fantásticas y todos consiguen enganchar al lector con facilidad. En un cuento de los que leí me hizo mucha gracia que el cuento tenía parecido con un personaje de la Biblia y con el cuento mitológico de Orfeo y Eurídice. En todos y cada uno de ellos también se cometen aberraciones y me hace mucha gracia que el hecho de contar cuentos muchas veces sea una salvación para los protagonistas.
Yo recomiendo claramente leer este libro, porque hace transportar tu imaginación a sitios tan maravillosos como las ciudades y desiertos del mundo árabe (como por ejemplo, Bagdad). Y, según mi opinión, conseguir viajar a través de la lectura es una sensación muy positiva.
Hace mucho que no escribo aquí. La verdad es que no tengo mucho tiempo disponible, pero no quiero dejar este blog completamente abandonado. Por lo tanto, voy a hacer una nueva reflexión sobre las excursiones desde el punto de vista del aprendizaje.
Las excursiones o salidas didácticas (ciertamente este último nombre queda mucho mejor) han sido propuestas en el colegio desde hace unos cuantos años. Recuerdo cuando era pequeño y era el día que todos esperábamos para poder jugar todos por un sitio que no conocíamos.
Así ha sido siempre y los lugares de visita en todos los colegios venían a ser los mismos, a veces visitando un pueblo diferente, u otro monte... pero a fin de cuentas, lo mismo.
Sin embargo, estudiar magisterio me ha hecho reflexionar acerca de esas salidas que realizábamos en nuestra infancia. Realmente, no recuerdo ninguna que tuviera relación con alguna cosa que estábamos analizando entonces en clase. Tampoco recuerdo que las visitas a los museos estuvieran precedidas de una clase dedicada a situarnos un poco en aquello que íbamos a visitar. Si esto es así, ¿qué función cumplen las salidas didácticas? ¿Distraer a los alumnos? No digo que no sea bueno llevarlos al monte, pero considero que con sus familias o amigos podrían hacer lo mismo.
Por tanto, he aquí mi opinión: una salida didáctica debe ir precedida SIEMPRE por una clase orientativa, de cara a que los alumnos no estén completamente perdidos cuando reciban información el lugar visitado. Segundo, es clave que la salida didáctica tenga relación con algún tema que se está dando en alguna asignatura: podría ser una buena forma de que los discentes aprendieran nuevos datos o de visualizar los que ya saben de otra manera. Todo esto requiere mucha labor por parte del profesorado, lo cual resulta paradójicamente muy complicado.
Sin embargo, puedo asegurar que los resultados son muy prósperos. Sin ir más lejos, las 3 excursiones que he tenido el placer de realizar en geografía han sido increíblemente útiles para entender las asignaturas en cuestión (máxime cuando son muy abstractas). En los 3 casos, he adquirido nuevos conocimientos, he visualizado otros que me habían explicado en clase y por si esto fuera poco, mi motivación hacia dichas asignaturas ha aumentado considerablemente.
El problema es que estas excursiones son más difíciles de trasladar a un colegio, donde el tiempo es muy limitado, debes consultar a los padres, hablar con el profesorado... Pero, ¿acaso no merece la pena?
p.d. Espero que algunos hayáis podido vivir salidas didácticas que realmente fueran didácticas. Si es así, estaré encantado de leerlas.