•1:45 PM
Qué mejor que esta época para hablar sobre este tema. Como ya sabréis, muchos de los estudiantes universitarios (especialmente los que siguen en el plan antiguo) están o han estado recientemente en esas 3 semanas de evaluación en la que se juega el aprobado o el suspendido en varias asignaturas.
Sin embargo, hoy vamos a analizar un poco la validez de un examen global. Depende de la carrera que hagamos, las preguntas podrán ser diferentes. Pero dejando de lado las que tienen una relación continua e inseparable de las ciencias exactas, los exámenes de las demás carreras suelen tener en su mayoría preguntas teóricas y menos prácticas. Por lo tanto, en un sólo día estamos evaluando la capacidad de memorización de un alumno. Y digo memorización porque es lo que la mayoría de los alumnos hace para aprobar, dado que es una técnica que da resultado. Otros no tienen tanta suerte, bien porque no han querido, no han tenido tiempo, o simplemente han tenido un mal día por nerviosismo o factores parecidos y son incapaces de hacer lo que el profesor considera suficiente para pasar. Sin embargo, en la mayoría de casos, el profesor no valora la capacidad de razonamiento, de reflexión, de conexión con otras cosas estudiadas en otras asignaturas...
Ahora va a llegar el plan Bolonia, el que se supone que va a solucionar todo lo que hace que la educación española sea de las peores en Europa. Lo que este plan propone es la evaluación continua, es decir, poner diferentes tareas diarias que permitan al profesor ver la mejoría progresiva del alumno en su asignatura. A pesar de que en algunos sitios no ha entrado (Como es el caso de la Universidad del País Vasco), muchos profesores han optado por ir acercándose a lo que va a ser el plan Bolonia. En sí, la evaluación continua me parece algo muy positivo, ya era hora de que se quitara la evaluación final. El problema es que con la evaluación continua, los alumnos consiguen pasar todavía más fácil que con la final, quizás porque no la estén aplicando bien, pero gente que tiene errores muy básicos (de cultura general) está aprobando esas asignaturas, por lo tanto, algo va mal. Por un lado, los profesores por ley deben aprobar a un tanto por ciento de estudiantes (no entiendo por qué) y por otra, al final durante la evaluación continua ves cómo progresan los alumnos e intentas ayudar a aquellos que crees que se han esforzado o que han mejorado lo suficiente.
En conclusión, seguimos teniendo gente diplomada o licenciada que realmente no están preparados. Así que habrá que seguir meditando acerca de la metodología que se debe aplicar...
Sin embargo, hoy vamos a analizar un poco la validez de un examen global. Depende de la carrera que hagamos, las preguntas podrán ser diferentes. Pero dejando de lado las que tienen una relación continua e inseparable de las ciencias exactas, los exámenes de las demás carreras suelen tener en su mayoría preguntas teóricas y menos prácticas. Por lo tanto, en un sólo día estamos evaluando la capacidad de memorización de un alumno. Y digo memorización porque es lo que la mayoría de los alumnos hace para aprobar, dado que es una técnica que da resultado. Otros no tienen tanta suerte, bien porque no han querido, no han tenido tiempo, o simplemente han tenido un mal día por nerviosismo o factores parecidos y son incapaces de hacer lo que el profesor considera suficiente para pasar. Sin embargo, en la mayoría de casos, el profesor no valora la capacidad de razonamiento, de reflexión, de conexión con otras cosas estudiadas en otras asignaturas...
Ahora va a llegar el plan Bolonia, el que se supone que va a solucionar todo lo que hace que la educación española sea de las peores en Europa. Lo que este plan propone es la evaluación continua, es decir, poner diferentes tareas diarias que permitan al profesor ver la mejoría progresiva del alumno en su asignatura. A pesar de que en algunos sitios no ha entrado (Como es el caso de la Universidad del País Vasco), muchos profesores han optado por ir acercándose a lo que va a ser el plan Bolonia. En sí, la evaluación continua me parece algo muy positivo, ya era hora de que se quitara la evaluación final. El problema es que con la evaluación continua, los alumnos consiguen pasar todavía más fácil que con la final, quizás porque no la estén aplicando bien, pero gente que tiene errores muy básicos (de cultura general) está aprobando esas asignaturas, por lo tanto, algo va mal. Por un lado, los profesores por ley deben aprobar a un tanto por ciento de estudiantes (no entiendo por qué) y por otra, al final durante la evaluación continua ves cómo progresan los alumnos e intentas ayudar a aquellos que crees que se han esforzado o que han mejorado lo suficiente.
En conclusión, seguimos teniendo gente diplomada o licenciada que realmente no están preparados. Así que habrá que seguir meditando acerca de la metodología que se debe aplicar...
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