Hoy voy a hablar sobre una noticia verídica, yo os la voy a resumir pero si queréis verla entera os la dejo pinchada aquí.

Resulta que hace hace poco, un chico camerunés llamado Armand que estudiaba ingeniería mecánica. Y digo hasta hace poco porque actualmente ha sido deportado a su país, por una supuesta irregularidad en sus papeles.

El chico se relacionaba a la perfección con sus compañeros de la facultad, sacaba unas notas brillantes y no daba ningún problema en la universidad, más bien todo lo contrario. Un chico generoso donde los haya... y ahora mismo está en Camerún, y a saber en qué condiciones...

El caso es que en lugar de avisarle con tiempo que iba a ser deportado a su país, le obligaron a ir en el momento, con la ropa que llevaba, sin nada más de equipaje... sin poder despedirse de sus seres queridos... y rumbo a un país en el que no tenía con quien estar, pues toda su familia estaba en el País Vasco.

La noticia continúa pero si queréis más detalles podéis pinchar en el link que os he puesto antes. Lo que a mí me interesa ahora es hacer una reflexión:


Me parece increíble esta noticia, para empezar por los modos en los que se han realizado las cosas, pero también por el caso en sí. Resulta que en San Sebastián por lo menos, hay miles de casos de otros inmigrantes que roban, agreden y Dios sabe qué más hacen... y a ellos con unas horas en comisaría les basta para luego estar libres otra vez. Sin embargo, un inmigrante que demuestra dejarse la vida por estudiar, a la vez que se integra perfectamente con sus compañeros, a este sí lo tienen que deportar. Tierra llamando a injusticia...