•11:06 AM
Como pudisteis leer en mi anterior entrada (si estás interesado pincha aquí), Taramundi es un área rural de Asturias que ha sufrido un grave despoblamiento.
Sin embargo, no debemos pensar que es una situación aislada. Todo lo contrario, las áreas rurales españolas en general han perdido gran parte de la población, que ha emigrado hacia núcleos urbanos, donde la oferta de trabajo es más satisfactoria. Es evidente que la relación entre la cantidad de horas que hay que meter si trabajas en el sector primario y los beneficios recibidos por ello no es comparable a la relación entre ambos aspectos en el sector secundario o terciario. Si además tenemos en cuenta que el trabajo del sector agrícola requiere mucho esfuerzo, no nos sorprende que hayamos registrado un gran despoblamiento de las áreas rurales profundas.
Algunos pueden pensar que no todas las áreas dedicadas al sector primario han decaído. Podemos pensar en Murcia o Almería, así como la región vinícola riojana. Pero si nos damos cuenta, estas áreas tienen ciertos aspectos en común: disposición de amplias áreas de cultivo llanas, gran índice de mecanización... Pensemos en una región como la asturiana (o cualquiera del País Vasco septentrional). El relieve es abrupto, lo cual impide la aparición de extensas áreas de cultivo, así como la mecanización. Por tanto, ¿cómo puede competir un agricultor asturiano con un murciano? El resultado es que no puede. Y como no es posible, el sector primario tiende a aglomerarse en unas pocas áreas, que intensivamente aprovechan todas las tecnologías posibles para sacar el mayor rendimiento posible. Esto significa que pueblos como Taramundi pierden peso relativo en el sector primario de la economía española. Si pierden peso económico en el sector agrícola, deben potenciarse los sectores económicos restantes si no queremos que estos núcleos acaben totalmente despoblados.
Es por ello que una de las alternativas propuestas es la potenciación del turismo rural. Lo que anteriormente era un inconveniente para la producción agrícola, se vuelve una ventaja para la atracción de turistas. Y es que el relieve abrupto unido al clima local dan lugar a un paisaje verde y variado. Por tanto, atraer población para que disfrute del paisaje consigue recoger ciertos beneficios que vienen muy bien al pueblo.
De todos modos, si pensamos detenidamente, el turismo rural no se presenta como una alternativa totalmente esperanzadora. En primer lugar, si se quiere atraer turistas, se deben acondicionar algunas instalaciones para tal fin, las cuales a menudo rompen la estética poblacional (por ejemplo, una carretera más rápida). En segundo lugar, la demanda posee ciertas limitaciones, por lo que es imposible proponer el turismo rural en todos los municipios contiguos que lo necesiten (bastaría con realizarlo en uno o dos). Por si esto fuera poco, esta demanda tiende a concentrarse en los meses de verano, quedando los demás olvidados (más en el caso de la región cantábrica, donde llueve muy a menudo en épocas como otoño o primavera). Además, potenciar el turismo rural hace perder el carácter rural a la población, ya que es una introducción de valores urbanos. Por último, no siempre cuentan con el consentimiento de los habitantes, lo cual puede llegar a tensiones y enfrentamientos entre los "invasores" y los "invadidos".
En conclusión, turismo rural sí, pero tampoco hay que excederse con esta medida y hay que saber aplicarla en casos muy concretos y de una manera discreta.
Sin embargo, no debemos pensar que es una situación aislada. Todo lo contrario, las áreas rurales españolas en general han perdido gran parte de la población, que ha emigrado hacia núcleos urbanos, donde la oferta de trabajo es más satisfactoria. Es evidente que la relación entre la cantidad de horas que hay que meter si trabajas en el sector primario y los beneficios recibidos por ello no es comparable a la relación entre ambos aspectos en el sector secundario o terciario. Si además tenemos en cuenta que el trabajo del sector agrícola requiere mucho esfuerzo, no nos sorprende que hayamos registrado un gran despoblamiento de las áreas rurales profundas.
Algunos pueden pensar que no todas las áreas dedicadas al sector primario han decaído. Podemos pensar en Murcia o Almería, así como la región vinícola riojana. Pero si nos damos cuenta, estas áreas tienen ciertos aspectos en común: disposición de amplias áreas de cultivo llanas, gran índice de mecanización... Pensemos en una región como la asturiana (o cualquiera del País Vasco septentrional). El relieve es abrupto, lo cual impide la aparición de extensas áreas de cultivo, así como la mecanización. Por tanto, ¿cómo puede competir un agricultor asturiano con un murciano? El resultado es que no puede. Y como no es posible, el sector primario tiende a aglomerarse en unas pocas áreas, que intensivamente aprovechan todas las tecnologías posibles para sacar el mayor rendimiento posible. Esto significa que pueblos como Taramundi pierden peso relativo en el sector primario de la economía española. Si pierden peso económico en el sector agrícola, deben potenciarse los sectores económicos restantes si no queremos que estos núcleos acaben totalmente despoblados.
Es por ello que una de las alternativas propuestas es la potenciación del turismo rural. Lo que anteriormente era un inconveniente para la producción agrícola, se vuelve una ventaja para la atracción de turistas. Y es que el relieve abrupto unido al clima local dan lugar a un paisaje verde y variado. Por tanto, atraer población para que disfrute del paisaje consigue recoger ciertos beneficios que vienen muy bien al pueblo.
De todos modos, si pensamos detenidamente, el turismo rural no se presenta como una alternativa totalmente esperanzadora. En primer lugar, si se quiere atraer turistas, se deben acondicionar algunas instalaciones para tal fin, las cuales a menudo rompen la estética poblacional (por ejemplo, una carretera más rápida). En segundo lugar, la demanda posee ciertas limitaciones, por lo que es imposible proponer el turismo rural en todos los municipios contiguos que lo necesiten (bastaría con realizarlo en uno o dos). Por si esto fuera poco, esta demanda tiende a concentrarse en los meses de verano, quedando los demás olvidados (más en el caso de la región cantábrica, donde llueve muy a menudo en épocas como otoño o primavera). Además, potenciar el turismo rural hace perder el carácter rural a la población, ya que es una introducción de valores urbanos. Por último, no siempre cuentan con el consentimiento de los habitantes, lo cual puede llegar a tensiones y enfrentamientos entre los "invasores" y los "invadidos".
En conclusión, turismo rural sí, pero tampoco hay que excederse con esta medida y hay que saber aplicarla en casos muy concretos y de una manera discreta.
5 comentarios:
En muchísimos pueblos de Aragón, por no decir la mayoría, existen casas rurales. Son edificios típicos del municipio, de ladrillo antiguo, restaurados, pequeños, con mucho encanto y que no rompen nada el entorno. Es más, parte de ese encanto reside en que no tienes una autopista a 100m de la casa porque busca eso, naturaleza y aislamiento.
El turismo rural me parece que es para fines de semana o escapadas de no más de 3-4 días. Para estancias más largas creo que me quedo con ciudades y países donde la oferta cultural y paisajística sea más rica.
Si pudiese me gustaría más practicar el turismo rural, es bonito y además económico, pero yo dependo del transporte público que no llega a estos lugares fácilmente. ;)
Por fortuna, las nuevas instalaciones no siempre rompen con la estética... pero es algo bastante común en el turismo rural... porque para atraer turistas tienes que ofrecer unos mínimos servicios... a pesar de que vayas a desconectar...
Es un tipo de turismo bonito, pero siempre hay que saber implantarlo con cabeza para que tenga una buena repercusión en toda la zona.
No estoy de acuerdo porque si metes ciertos servicios lo de rural ya sólo se queda en anecdótico. Yo las casas rurales que conozco por mi entorno, sobreviven gracias a la publicidad, el boca a boca y los servicios especiales que ofertan son tales como ordeñar vacas, hacer tu propio pan, paseos a caballo, practicar tiro con arco... actividades que no afectan en nada al medio y que se han hecho durante toda la vida. Es más, considero que algunas de ellas favorecen a que ciertas prácticas no desaparezcan.
Pero puede servir para uno en una determinada zona, pero además de ese pueblo hay otros 10 que están en la misma situación... Y es cierto que el turismo rural potencia ciertas actividades que podrían caer en el olvido (solamente en caso de seguir con un modelo competitivo de la agricultura como el actual), pero para los habitantes de allí, no es una alternativa tan bien recibida: en primer lugar, porque no es una actividad propiamente agrícola, por lo que parte de su identidad rural está perdiéndose. Y en segundo lugar, porque es una demanda que sólo se concentra durante una época, durante la cual se masifica y los pueblerinos se sienten realmente invadidos...
Y ya se ha observado el resultado de tanta potenciación del turismo rural: las áreas han sobrevivido, pero muchas zonas han acabado perdiendo el carácter agrícola o ganadero que les caracterizaba. Por tanto, de ser una actividad complementaria ha pasado a ser una actividad suplementaria.
Está claro que nadie es agricultor o ganadero por amor al arte, te lo digo sabiendo lo que digo porque lo he visto cerca. El problema está en que el campo no duerme y los animales no entienden de vacaciones, a ello hay que añadir dos factores. Por un lado la creciente acomodación de la gente que busca menores preocupaciones y más tiempo libre y por otro lado las pocas subvenciones y ayudas que se dan para que lo natural siga progresando o al menos manteniéndose. Yo lo veo normal, triste pero completamente comprensible. Y cómo va a salir rentable si la multinacional X está invirtiendo en invernaderos controlados automáticamente y granjas masificadas que se manejan desde el móvil?? (esto del móvil es cierto, que el marido de mi prima las controla así). Eso no cambia y modifica el entorno? Si supieses la infraestructura que todo esto necesita... :)
Lo siento, pero hay que aceptar que un día de estos, nuestros filetes y hortalizas acabarán saliendo de un laboratorio (si no lo hace ya en casos) y no digo que esté a favor, pero no puedo hacer otra cosa mas que amoldarme al cambio.