Author: Xabi Otero
•11:12 AM

Nos trasladamos a Mali, África. Allí, podemos contemplar esta magnífica ciudad antigua de la cual han quedado numerosos restos: Tombuctú (o Timbuktu). Está formada por casas bajas y de ladrillo de lodo gris, que se alinean en calles estrechas y arenosas. Fue impulsada por Mansa Musa, el rey del imperio de Mali que anexionó pacíficamente la ciudad en 1324.

Existen varias teorías que tratan de explicar el origen de este topónimo. De todas ellas, una es realmente curiosa. Y es que mantiene que en esta ciudad moraba una mujer maliense conocida por su honestidad, llamada Buktu. Los tuareg y otros viajeros confiaban a esta mujer todas sus pertenencias que eran inútiles para su viaje. De esta manera, cuando regresaban y les preguntaban dónde tenían sus pertenencias, ellos decían que estaban en Tin (que significa lugar) Buktu. Es decir, el lugar donde vive Buktu.

Antiguamente, era un centro importante del Islam (especialmente entre los siglos XV y XVI). Por ello, podemos encontrar mezquitas y algunas casas de piedra de caliza exquisitas, que recuerdan a la arquitectura de los templos egipcios, contruidas por ricos mercaderes árabes del siglo XVI. La mayoría de los grandes monumentos de un pasado más que orgulloso se han ido con los montones de arena del Sahara, pero la magia de su nombre y su pasado todavía le dan a la ciudad un ambiente único.


En relación con esta ciudad, os voy a escribir una historieta: En 1824, la Sociedad Geográfica de París ofrecía un premio de 10.000 francos a quien probara que Tombuctú realmente existía. El ganador tuvo que sobrevivir al viaje y traer una prueba firme. Inspirado por el nombre, René Caillié, un hombre autodidacta con poco dinero, emprendió viaje a África en busca de Tombuctú, la "Ciudad Dorada" prohibida. Inició su viaje en abril de 1827, disfrazado de árabe. Guardaba sus notas en el interior de su copia del Corán, y anotó su viaje simulando que hacía un estudio de las escrituras. Cuando llegó a Tombuctú en abril de 1828, experimentó una satisfacción indescriptible, pero quedó decepcionado al encontrar que la ciudad dorada consistía en casas derruidas construidas con lodo y que no había ni tejados dorados ni pavimento. Regresó a Europa, viajando 1600 km a través del Sahara por Marruecos en una caravana del desierto. Su prueba de que Tombuctú existía fue un boceto de la ciudad y sus meticulosas notas.


Para terminar, he de comentar que este sitio fue uno de los candidatos a las nuevas 7 maravillas del mundo. Pero, dada la desinformación que tenemos sobre esta ciudad en comparación con otras como París o New York, ¿alguien esperaba que realmente fuese a ganar?
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